— ¿Qué estás haciendo? —preguntó intrigado mientras miraba por encima del hombro de TNG—. ¡¿Otra cucaracha?! Nos castigaran, suéltalo.
— No, solo vete —esbozó una sonrisa y siguió examinando al insecto entre sus manos—.
— TNG... La profesora está cerca, suéltalo por favor... —suplicaba el pequeño temeroso de lo que podrían decirles a sus padres—. Te compraré algo.
— ¡Esta bien, no llores! —TNG suspiro en rendición, no le gustaba escucharlo lloriquear—. Bueno, regresa al jardín amiguito. La próxima no tendrás tanta suerte.
— ¡Niños, hora de volver a clases!
***
— ¿Por qué no puede venir hoy? —preguntaba molesto a su madre—. ¡No es justo! ¡Quiero que venga!
— Maldición, solo cállate y escucha. Tu padre regresa hoy de su viaje —agregó enojada—. No puedes traerla, ¿entiendes?
— ¡Te odio mamá! —TNB subió las escaleras rumbo a su habitación—. ¡No te necesito! ¡Odio a papá!
Ya sobre su cama se sentó a ver como sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas y terminaban en el suelo, al rato unos golpes en la puerta principal lo hicieron enojar aún más. Escuchó a su mamá reír como si nada mientras le decía a TNG que no podía quedarse porque tenía una cena importante por el regreso de su padre, esas palabras eran lo que más le dolían cuando sabia la perfecta verdad.
TNB siguió llorando hasta quedarse dormido, su madre dejó un plato de comida sobre uno de los muebles de la habitación y disculpándose cerró con llave la puerta. Horas pasaron hasta que el padre finalmente llegó en una patrulla, él había pasado sus últimos días en la celda por estado de ebriedad. Ella salió a recibirlo totalmente avergonzada y pidiendo disculpas mientras los policías solo le pidieron que no vuelva a pasar, era la décima vez en este mes, una vez que entró no pudo evitar reclamarle.
— ¡Por Dios, un día harás que te encierren por completo! ¡¿Cuántas veces más debo soportar esto?! —la madre mantenía distancia tras verlo sentarse en el sillón—.
— ¿Esa es manera de recibirme? —le escupió a la cara—. Cualquier mujer podría reemplazarte fácilmente, me das asco tú y tu actitud. ¡¿Eres mi maldita madre?!
— ¡¿Nuestro hijo no importa?! ¡Le hace daño tener un padre como tú que solo sirve para andar peleando y creyéndose la gran cosa! —caminó a la cocina—. ¡Ni siquiera es tu casa, vete!
— Parece que no aprendes cuando cerrar la maldita boca.
La sostuvo del cabello y la tiró al suelo pisándole la cara, ella le clavó sus uñas en la pierna y gateó rápidamente a la cocina. Fue tras ella y la arrastró posicionándose sobre su cuerpo sin dejarle escape, amarró sus manos con un cinturón. Pisoteó su estómago como si de un insecto se tratara hasta hacerla vomitar, TNB despertado por los gritos de sus padres corrió a intentar abrir la puerta sin éxito alguno.
Se dejo caer de rodillas ante está cubriéndose los oídos, quería que se detuvieran y empezó a llorar de nuevo.
— ¡¿Por qué no dejan de pelear?! ¡No quiero oírlos! ¡Los odio!
— Solo deséalo con todo tu ser... —TNB percibió que no estaba solo, y se dejó llevar por la voz—.
—¡Quiero que se mueran!... ¡MUERAN!
En tan solo segundos el fuego recorrió toda la casa; sin embargo, no era la única siendo consumida por voraces llamas.
Aquella pequeña ciudad ardía intensamente, los niños que lograron sobrevivir fueron llevados a orfanatos de ciudades cercanas mientras que otros con familias lograron mudarse a otros lugares. Se informó a las personas que se trataba de un ataque terrorista, aunque ni ellos mismos sabían la respuesta, se dio a conocer como "La Ciudad del Infierno".