Desperté cuando sentí una cubeta de agua helada cayendo en mi cara.
- Scarlett, despierta; tienes que irte. No quiero que llegues tarde otra vez
- ¡¿Qué te pasa?! ¿No podrías despertarme como una persona normal? -mi padre no dijo nada solo salió del cuarto dejándome completamente empapada de agua helada. Escurriendo me levanté de mi cama y entré a darme una ducha rápida.
Cuando salí simplemente tomé lo primero que encontré en mi clóset y me lo puse. No había mucho que pensar, ya que toda mi ropa tenía el mismo estilo y el mismo color, solo cambiaban algunos logotipos, como Harley Davidson, Honda, Fórmula 1, etcétera.
Tomé también varios anillos y mis cadenas, además mi chaqueta de cuero con mi nombre en estoperoles en la espalda, sin duda la mejor chaqueta del mundo.
Baje hacia la cocina y vi a mi padre tomando una cerveza mientras había algunas más en la mesa, simplemente tomé una y me dirigí a la salida pero la voz de mi padre me detuvo.
- Scar ¿A dónde vas con eso? -me preguntó señalando la botella en mis manos.
- ¿A la escuela tal vez? -respondí con ironía.
- ¿No vas a desayunar? -preguntó, yo destapé la cerveza con la boca y tiré la tapa al piso.
- Estoy desayunando -dije para luego darle trago a la cerveza.
- Una sola cerveza no es suficiente para empezar el día Scar, llévate otra.
- No tengo hambre -dije después de darle un par de tragos más- Tengo que irme, llegaré tarde.
- Bien, porque no quiero que me vuelva a llamar la Decana Rivers porque llegas tarde
- Descuida, eso no pasará -dije con una sonrisa.
- Eso espero. Nos vemos después ¿Te veré en la pista más tarde?
- Claro, ahí estaré. Adiós papá -dije mientras salía por la puerta, no sin antes tomar la llave de mi moto: una bellísima Harley Davidson Cruiser Breakout casi nueva.
- Adiós mi Pequeña Bujía -sonreí al oír el apodo por el que me llamaba mi padre justo antes de cerrar la puerta.
Subí y me puse en marcha. Dejé mi motocicleta en el aparcamiento y saqué una cajetilla de cigarros del bolsillo de mi pantalón. Encendí uno y comenzé a fumarlo tranquilamente mientras veía entrar y salir a algunos estudiantes. Todos me miraban con miedo y pánico.
Esto se debía a qué mi reputación no era muy buena, algunos de los rumores que decían sobre mí eran ciertos, como que participaba en carreras clandestinas ilegales, que usaba drogas, etcétera. Sin embargo, había muchas exageraciones, como que era parte de la mafia, que había asesinado a un chico por ganarme en una carrera y muchos más. Parecía que a diario había una razón más para temerme.
Esto no me molestaba, todo lo contrario. Estos rumores hacían que nadie quisiera meterse conmigo. La única persona con la que mantenía alguna especie de relación "amistosa" era una chica cerebrito-cuatro-ojos que hacía mis tareas a cambio de que yo evitara que las otras chicas la molestaran.
Cuando terminé mi cigarro, tiré la colilla al piso, la termine de apagar con la punta de mi bota y comencé a caminar para entrar a la escuela.
Debo admitir que me encantaba ver la expresión de pánico que provocaba en aquellos que se cruzaban en mi camino. A mí pesar de que no todos los rumores sobre mí eran ciertos, me gustaba el efecto que provocaban.
Estaba disfrutando de aquella hermosa sensación de provocar pánico hasta que una terrible voz chillona arruinó mi momento.
- Señorita Rider qué gusto me da verla -dijo la odiosa mujer con una terrible e hipócrita sonrisa en su rostro
- Decana Rivers, tan efervescente como siempre -dije mientras la escaneaba con la mirada- lamento decirle qué el gusto no es mutuo -solté seria y ella solamente rió nerviosamente. Me extrañó el no escuchar un comentario insinuante inmedito.
- Escuché que esta tarde habrá una carrera en la que participará su padre ¿eso es cierto? -y ahí estaba la insinuación que hacía falta. Por alguna extraña razón, la Decana Rivers tenía una obsesión sexual enfermiza hacia mi padre.
- Eso no tiene nada que ver con usted ¿Porque no se ocupa de sus propios asuntos? -espeté molesta.
- Bien, creo tiene razón -dijo con una expresión seria- A mi oficina ahora -dijo mientras se encaminaba hacia una puerta con su nombre.
Quedarme con la Decana Rivers significaba perder un par de clases, así que opté por seguirla. Entramos a su oficina, ella se sentó detrás de su escritorio y yo me senté enfrente.
- Rider, su rendimiento académico ha dejado mucho que desear en estos últimos meses, sus calificaciones están por los suelos y creo que ambas sabemos porqué -explicó mientras llevaba sus codos en el escritorio y unía sus manos como si fuera rezar, no pude evitar contener una risa. Esa mujer de verdad era patética.
- ¿A sí? ¿Por qué? -pregunté con sarcasmo, el cuál, ella pareció no entender. Además de patética, también tonta.
- Es evidente que tienes demasiado tiempo libre para hacer... Otras... Cosas -Eso me hizo reír mentalmente, no se atrevía a decir lo que pensaba. Patética, tonta y ahora cobarde, la lista de virtudes de la Decana Rivers iba en aumento.
- Es por eso que he decidido asignarte un tutor -soltó sin más.
- ¿Un que? -pregunté sin entender.
- Un tutor, el te ayudará a estudiar y a comprender correctamente los temas, así podrás aprobar las asignaturas que necesites y mejorar tus notas -finalizó con una sonrisa macabra en su muy operado rostro.
- No quiero un tutor, no estoy de acuerdo con esto -puntualizé firme.
- Scarlett, no te pregunté si estabas de acuerdo -me miró con una sonrisa psicópata retadora, pero no sabía con quién se estaba metiendo.
- Tampoco yo -dije mientras le devolvía la mirada retadora.
Diciendo esto, me dirigí a la salida, pero antes de salir la Decana me dijo una última cosa.
- Tu tutor te estará esperando en la biblioteca después de clases -me reí.
-- ¿Tenemos biblioteca? -fue lo último que dije antes de salir y cerrar la puerta de golpe.
No necesitaba un tutor, no aprobaba porque no tenía interés en hacerlo.
Y nadie iba a cambiar eso.
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Enamorado del Peligro
Random"Sé que no debería sentir nada por ella, sé que sería como un suicidio, sé que estoy jugando con fuego... Pero estoy dispuesto a quemarme..." Alex es el clásico estudiante aplicado y responsable que nadie quiere. Ropa impecable, camisa por dentro y...