POV: Enzo
Estaba solo. Completamente solo. En el lugar menos esperado. En un lugar en el que no desearía volver ni en un millón de años. Y que solo había pisado una vez por Adara. Únicamente por ella no lo pensé dos veces para ir hacia ese escalofriante lugar. Reconocería ese lugar hasta con los ojos vendados. Porque solo con el sonido de las olas precipitándose contra las imponentes rocas... ya sabía que era ese maldito lugar.
Esto era un sueño. Estaba seguro en un noventa y nueve por ciento. Y el otro uno por ciento me decía que era real todo lo que me rodeaba. El manto verde que cubría los acantilados, el sonido del mar, las vertiginosas paredes rocosas que caen en picado.
El corazón me latía en extremo. Me entró el pánico a medida que me movía por la salvaje hierba. El aire me azotaba con vigor intentando tirarme. Los oscuros nubarrones sobre el cielo hacían que todo fuera más opaco y que el ambiente fuera espeso y muy húmedo.
Visualicé una ligera silueta que se difuminaba al borde del precipicio. Entrecerré los ojos escudriñándola mejor. Tumtum. Fue un intenso y loco latido que golpeó con fuerza mi pecho. Me quedé de piedra porque sabía quién era. Aunque me diese la espalda. Empecé a negar con la cabeza frenéticamente. Una gota de sudor se deslizó por mi frente.
—No, tú no. No. No —me trabé en cada palabra con el miedo atenazándome.
Obligué a mis pesadas piernas a moverme, a correr como alma que lleva el diablo. La angustia, el dolor, el amargor de la desazón me apresó y me ató para hundirme al fondo de un océano de dolor, de un flagelante pasado que siempre me perseguiría hasta el fin de mis días.
Las olas rompían contra las rocas, salvajes y furiosas.
Alcé la mano al verlo más cerca de mí. Y la esperanza de alcanzarlo se desvaneció. Llegué tarde. La silueta difuminada se encontraba al borde del precipicio del acantilado. Y el sueño para hacerlo todo más retorcido, hizo que la silueta se convirtiera en una persona de carne y hueso que logró desestabilizar mis emociones, golpearme con furor. Sé que era un sueño, pero verla con más claridad me hizo un daño irreparable. Lo presencié todo. El vértigo del momento me apresó. Con toda la tenacidad que pude conseguir me abalancé sobre ella suplicándole que no lo hiciera. Ni siquiera volteó a verme. Grité su nombre desgarradoramente al tiempo que mis manos rozaban sus ropajes y el cuerpo caía precipitadamente al agua sin poder haberlo salvado.
Me quedé con las rodillas hincadas sobre la hierba húmeda, aferrando mis manos el borde del precipicio, viendo la imagen más horrible que una persona puede vivir.
Y el sueño me expulsó tras haber logrado su objetivo. Hacerme recordar. Hacerme pagar con el sufrimiento de ese recuerdo que atizaba cada parte de mi cuerpo vehementemente con una cadena de fuego.
ESTÁS LEYENDO
El deseo de Adara [Deseo Éire #2] © (+18)
Roman d'amourSinopsis con spoilers del primer libro. ⚠️ Adara se enfrenta a una verdad que no esperaba. Enzo. El hombre que ha despertado deseos en su atormentado corazón. El hombre que ha conseguido que creyera en el amor. Es Price. El otro hombre que la buscó...