Capítulo 14: Protección

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Lisa perdió su mano dentro de un costal y la elevó hasta mostrar los granos de trigo caer entre sus dedos. Era un hecho, esa sería la capa que envolvería todo su plan y allí estaba ahora, conociéndola y comenzando a estudiarla.

Detrás de ella, un pequeño campo con dos silos ocupaban el lugar ya creado por Jason y comenzado a trabajar. Estaban a casi unos 200 km de Santa Bárbara pero era el sitio más cercano a cultivar; y ella no quería arriesgarse a que los demás desconfiaran.

Había ideado el plan de manera efímera y ahora lo veía todo con más claridad. Desde su primer trabajo que Marco le dio una rápida lección: "solo te necesitas a ti misma, o un equipo, y un pequeño emprendimiento que crecerá por si solo con el pasar de los días".

Apretó los últimos granos y llevó uno a su boca. Lo mordió y sonrió luego de arrojarlo al piso.

- Necesito que esto llegue a Oh Sehun- le dijo a Jason palmeando su pecho y caminando hacia otro costal. Tomó otra pequeña cantidad y repitió el acto, solo que esta vez lo trago sin problemas- Y este llegará por cuenta de Jennie-

- Visitaré Santa Bárbara la semana entrante. Le llevaré el producto y armaré el resto antes de esa llegada. Lo que probaste del segundo costal, no lo hacemos aquí-

- Habla con Marco sobre esos gastos. - dijo Lisa, colocándose sus lentes de sol antes de estirar su brazo hacia él- Envíame un mensaje para saber con exactitud que día estarás por allí. Debo organizar otra reunión para hablarle de mi negocio antes a Sehun-

- Por supuesto, Lalisa, como siempre- le sonrió Jason, estrechando sus manos y viéndola partir luego-

La rubia se montó en su Cadillac y dio dos bocinazos antes de acelerar y alejarse de allí con velocidad. Ahora Jennie debía hacer su parte y otra capa iba a ir desapareciendo.

Jennie.

Sonrió y agitó la cabeza al aferrarse más al volante. Debía admitir que Marco tenía razón con aquella afirmación de que le gustaría este trabajo, por mucho que ella se haya negado al principio.

No se comparaban aquellas noches solas, en una cama grande, cuando evitaba socializar con una compañera de trabajo, a las noches abrazadas a Jennie ahora. Porque siempre se acostaban dándose la espalda pero ella misma terminaba girando y abrazando a la morena por la cadera. Y a Jennie parecía no molestarle, porque se arrastraba hacia atrás y sus cuerpos se fundían casi en uno solo.

Solo con Sorn había compartido momento así. Pero Sorn había sido la persona más importante para ella luego de Marco y sus dos mejores amigas. Su relación duró lo que ninguna otra en su vida.

Se conocieron una noche en un bar, la llevó a su departamento tres horas después y desde allí fueron inseparables. La conocía cómo le gustaba y nadie descifraba mejor sus gestos que Sorn ante los demás. Había sido feliz desde sus 24 años hasta sus 27 y por esa misma felicidad, estropeada luego, ya no quería otra persona a su lado.

A causa de uno de sus trabajos, estuvo casi 5 meses en Europa, rondando las empresas de un magnate conocido. Su vuelo de regreso describía un horario pero ella se adelantó, intentando sorprenderla porque la había extrañado y estaba segura que no había experimentado ese sentimiento antes jamás.

Pero subió las escaleras del departamento que compartían y se sorprendió al verla dormida, desnuda bajo unas sábanas distintas que compartían y aún más al oír la ducha de la habitación. Bambam abrió la puerta y aferrada a su cadera estaba la toalla de Sorn. Él era su compañero de empresa, dos oficinas atrás de la de ella y se conocían lo suficiente.

Ni siquiera despertó a Sorn ni le gritó que se largara. Simplemente regresó por las escaleras y volvió a tomar su valija; alejándose nuevamente en su auto.

Reglas De Oro → JENLISA [G!P] |ADAPTACIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora