JinSoul, sin aún llegar a la mayoría de edad había tenido que sobrellevar un millón de problemas. Como el ser pobre, la muerte de sus progenitores y el abandono de su familia.
Ella creía fielmente que su destino era uno y nada podría cambiarlo.
¿O...
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ᴊᴜɴɢᴇᴜɴ ᴘᴏᴠ
Los últimos días los había pasado completamente en pena y llorando hasta el amanecer. Dormía la mayoría del tiempo en el trabajo, a estas alturas lo único que quiero es que me echen de allí, no soporto estar en un lugar que por todos lados grita Jung Jinsoul.
Maldita rubia.
Estoy segura que la hice sentir mal, o quizás culpable, o tal vez la incomodé y por eso dejó nuestra amistad hasta ahí.
Pensar en ella y darme vueltas en los recuerdos para encontrar algo que pude haber arruinado, es un castigo. Ahora, solamente quiero salir corriendo, deseo con todas mis fuerzas escapar de aquí y retroceder el tiempo hasta nuestro último abrazo.
Detenerlo.
Y nunca salir de tus brazos.
Menos dejarte ir.
Aún no era demasiado tarde como para impedirme ir a tomar aire. Saqué mi abrigo y salí sigilosamente dejando la puerta de la cocina abierta.
A medida que avanzaba por las desgastadas calles, el sentimiento de arrepentimiento recorría mi cuerpo. Hacía tanto frío que en cualquier momento me convertía en un nuevo iceberg, a pesar de ello, decidí seguir corriendo sin importar qué.
Realmente quiero ser libre.
Mientras más me adentraba en lugares desconocidos, sentía que estaba proxima a llegar a algo. Era extraño. Mi cabeza tocaba una canción que nunca antes había escuchado y a medida que me movía se hacía más fuerte. Y así estuve por bastantes minutos hasta que comencé a escuchar la canción en realidad.
¿De dónde demonios venía?
Continúe siguiendo mis instintos y la melodía retumbaba. Ya era tarde, la mayoría de las casas por aquí no tenían una sola luz. Excepto una.
La analicé tres veces y aún no podía creerlo, estoy loca o estoy viendo a la mujer de mi vida por esa ventana que tenía unas velas alumbrando su majestuoso rostro.
Me apuré hasta estar lo más cerca posible, quería confirmar lo que estaba viendo. Me senté en un banco que me permitía verla y escucharla. Ese sonido era tan relajante que estaba dispuesta a pasar la noche en vela con tal de estar una última vez cerca de Jung Jinsoul. De hecho me estaba quedando dormida —a pesar de las condiciones ambientales— con tan solo escucharla.
Pero se detuvo abruptamente.
Y comenzó a destruir el piano.
Ahora que miro bien la casa, ¿no es la de— Acabo de entender todo.
Me acerqué rápidamente hasta la casa, la reja estaba abierta así que pasé. Podía escuchar como Soul seguía destruyendo su instrumento. Estaba golpeando la puerta desesperadamente, a pesar que sabía que no me escucharía. Tuve una idea repentina, utilicé mi licencia de conducir para forzar la puerta y funcionó.
