ASTARTEA. [1]✔

24》"Todos moriremos".

Gabriel West.

—¿Crees que es buena idea? —preguntó Joey mirándome algo inseguro. Su par de cejas gruesas y castañas estaban elevadas revelando algo de inseguridad en su mirada.

Estábamos en el estacionamiento del consultorio de mi papá ya que él es psicólogo y es psicólogo de Nora desde la muerte de Trevor. Mis papás estaban enterados de todo lo que estoy haciendo para justiciar la muerte de mi mejor amigo, por lo que estoy seguro que a mi papá le gustará cooperar.

—Me siento mal por desconfiar de Nora, pero tú y yo sabemos que muy en el fondo ella estaba furiosa con Trevor por todo lo que le hizo —admití mientras lo encaraba a mi lado izquierdo, en el asiento del copiloto. Joey enarcó ambas y soltó aire por la boca.

—¿Y qué me dices de Beatriz?, ¿por qué no sospechar de ella tanto como lo hacemos con Nora?, ¿por qué no averiguar quién asesinó a Beatriz también? —espetó mientras se enderezaba en su asiento—. Si te recuerdo que Beatriz también era amiga nuestra, y también te recuerdo que está muerta —pronunció algo alterado y se enderezó mirando al frente con el entrecejo contraído, pronto se volvió a mí—. Ah, y casi lo olvido, también fue asesinada.

Suspiré y me froté la cara con exasperación. Si sabía que cada vez se desataban más misterios, cada vez más incógnitas, lo que comenzó por la muerte de Trevor, se expandió como si fuera un virus, personas estaban siendo asesinadas, personas importantes para nosotros.

Primero Jacob, quién parecía un principal sospechoso por su rivalidad con Trevor. Después Beatriz, quién mantuvo una relación de amigos con beneficios o qué sé yo lo que ellos le traían. Y claro; no olvidemos a T.B, quién comenzó a ver mi agonía y sed de justicia como un juego.

—Joey, relájate. No podemos con el caso de Trevor y ya te quieres pasar al de Beatriz —bufé y lo miré cansado, jamás dejé de lado el averiguar sobre Beatriz—. Averiguaremos el caso de ella también, lo prometo. Pero lo único que sabemos de Beatriz fue que se metía con Trevor y esos tres hacían sus tríos, y lo de las grabaciones de ésa noche quizás no quería que sospecháramos de ella porque es lo único que tenemos de ésa noche, así que, ¿podrías relajarte por favor?

Mierda, ¿Qué me está pasando?

¿En qué momento me volví tan frío y desalmado cuando de muertes se trataba?, ¿por qué me estoy comportando como un imbécil?

Y sin previo aviso, Joey salió del auto fulminándome con la mirada. Bufé y le seguí el paso, juntos caminamos hasta el consultorio de mi papá, sin decir palabra alguna.

Abrí la puerta y me encontré a su secretaría. Quién automáticamente sonrió de oreja a oreja.

—Hola Anahí —la saludé con una sonrisa, la chica de cabello castaño y ojos verdes me sonrió en grande, tendría alrededor de unos treinta años—. ¿Está ocupado mi papá?