Fiona
—Fiona, ¿puedes despertarles ya? Estoy preocupada por mis padres.
Me vuelvo hacia Ángela, quien me suplica con la mirada y sonrío. Debo reconocer que me inspira mucha ternura. Me alegro de que mi hermano haya encontrado alguien como ella.
Miro por la ventana y me fijo en que ya casi es de noche. Tal vez sea el momento de despertarles. No creo que vuelvan a atacarnos ya.
—Pensaba esperar un poco más, por si acaso —reconozco —, pero creo que ya ha pasado un tiempo prudente. Iré a despertarles. Yo también tengo ganas de verles.
—Muchas gracias, Fiona —dice con una gran sonrisa.
—No me las des. Y cuida de minidrogo por mí. No conviene que se acerque por allí.
Le guiño un ojo y ella me mira sorprendida. Supongo que ahora mismo estarán pasando un montón de horribles escenas por su mente y seguro que ninguna de ellas se acerca a la realidad de lo que hay en ese panteón. Por suerte para mí, he visto demasiadas cosas durante mi infancia y ya estoy curtida en esos asuntos. Eso no quiere decir que no me afecte. Simplemente es que soy capaz de asumirlo. Y más cuando, como ahora, voy a devolver a todos a la vida.
Salgo de la mansión por el jardín y me introduzco en el bosque. Por suerte, el panteón no está lejos de aquí. Una vez llego, cojo aire para prepararme para lo que sé, de seguro, que me voy a encontrar allí.
Abro la puerta muy despacio y me llevo la mano a la boca sorprendida ante la escena que allí se presenta. No puedo evitar que una lágrima se me escape. Había visto cosas horribles en mi vida, pero jamás tanto como esto.
Cierro los ojos mientras trato de controlar mi respiración. En mi mente no dejo de repetir: "Esto es sólo una ilusión. Ellos van a volver. Yo lo voy a conseguir". El mantra parece funcionar, ya que consigo recuperar la compostura y volver a mirar esa horrible escena.
Entiendo perfectamente porqué mi padre no ha dejado entrar al pequeño. Esto le hubiera creado un trauma de por vida y, ni borrándole la mente, se hubiera podido evitar. Ha sido lo mejor para su salud mental.
Esquivando los cuerpos y tratando de reprimir la gran tristeza que esto me provoca, consigo llegar hasta el centro del panteón. Todavía no me explico cómo mis padres han sido capaces de salir de aquí sin derrumbarse. Debo reconocer que son muy fuertes los dos y eso me enorgullece. Debo estar a su altura.
Cierro los ojos y elevo mis brazos mientras comienzo a recitar un conjuro silencioso. Siento las almas acudir a mi llamada, pero, de repente, éstas se disipan. Miro a mi alrededor intrigada. ¿Qué ha sucedido? Ya deberían haber vuelto a la vida.
Me acerco al cuerpo de mi abuela Rose y una lágrima se me escapa. Aún en esta situación su cuerpo está en una posición que denota su gran elegancia. ¡Qué gran mujer es y cuánto me queda por aprender de ella! Pero primero, a averiguar porque el conjuro no ha funcionado.
Haciendo de tripas corazón, tomo en mis manos el cristal del colgante. Siento su alma en su interior, pero hay algo extraño en él. Es como si estuviera bloqueada, como si algo le impidiera salir de allí. Eso me preocupa y mucho. Hades es el señor del inframundo y tiene poder sobre las almas. ¿Será esto cosa de él?
Mi curiosidad puede más que mi tristeza y comienzo a estudiar uno a uno todos los colgantes. En todos me encuentro el mismo resultado. Por lo menos sus almas permanecen aquí y no en tierra de nadie. Ahora sólo tengo que averiguar cómo las puedo sacar para que regresen a sus cuerpos.
Salgo del panteón con la necesidad de tomar el aire. Necesito pensar con claridad y está claro que ahí dentro me es imposible. ¿Cómo deshacer el bloqueo de un Dios? Empiezo a pensar que tal vez subestimamos a Hades y que es posible que mi otra abuela tuviera razón con lo que me contó. Si el códice era obra suya, ¿qué demonios estamos haciendo? ¿Acaso se lo estamos poniendo en bandeja para que acabe con nosotros? Ese pensamiento me provoca una gran angustia. Yo sólo quiero vivir una vida normal junto a la familia que acabo de descubrir. No quiero ser la reina del mundo y estar bajo las órdenes de tan abyecto ser. Yo quiero ser un ser de luz.
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DC XII:LA REINA DEL MUNDO √
FanficSin Cris, sin Drogo y sin Lorie, los bartholitos van a tener que asumir su responsabilidad como niños prohibidos. Tienen que detener a Merlín e intentar salvar a Fiona de sus garras. Eso sin contar con la amenaza de Hades. Por suerte para ellos. cue...