C̥ͦḁͦp̥ͦ U̥ͦn̥ͦo̥ͦ

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Un día como cual quier otro, se encontraba un chico no muy social preparando se para conocer a su pareja. Llevaba ya unas semanas entusiasmado por aquello. Por fin podría conocer en persona a su amado, temblaba de los nervios solo de pensar en verle de frente. Ya listo y teniendo su habitación y casa ordenadas. Salieron de esta para entrar a su coche junto a sus padres y dirigirse hacia el aeropuerto. Durante el camino hacia este algo anormal sucedía en aquel coche. Su padre le trataba de preguntar cosas sobre aquel chico que conocerían, y este no se enteraba de las preguntas, parecía ensimismado en sus pensamientos y fantasías sobre la situación, poniéndose cada vez mas nervioso.

Pasaron todo el viaje de aquella manera, nuestro español aquí revisando sus conversaciones e imágenes que se enviaron. Mientras su padre trataba de sacar algo de información sobre el. Al llegar, aquel chico les metía prisa a sus padres, ya quería ir a verle y no podía esperar más. Seguía imaginando el como seria el estar entre sus brazos mientras se dirigían a la puerta por donde saldría su pareja. Al llegar, se dieron cuenta había llegado con antelación así que fueron a por algo para comer o picar. Nuestro chico fue al McDonald del aeropuerto, compro uno grande de patatas y se sentó frente a la puerta mientras lo comía. Observando cada persona que saliera de aquella puerta de pies a cabeza.

Nuestro pequeño español, el cual tenia unos 18 y seguía tan enano como cuando tenia 14, estaba de los nervios ya pasadas unas horas al ver que no llegaba. Al de 4 horas seguía esperando impaciente y nervioso, mientras sus padres se fueron a comprar por el supermercado que tenia aquel aeropuerto. Ya había comido 3 de patatas grandes Supreme o Delux, nunca se acordaba de como se llamaban aquellas patatas fritas. Y tenia una bebida de coca cola y ya se la estaba terminando. Impaciente comenzó a pensar que el vuelo se pudo haber retrasado o que pudieron haberlo cancelado y que no le hubiera avisado. En eso una ola de tristeza le inundo, esperaba por fin poder conocerle, abrazarle, besarle...

Estuvo una hora más esperando y observando, con esperanzas de que pudiera aparecer y llamar su nombre. Pero no llego nadie, sus padres cansados de esperar le pidieron que se fueran. No se quería ir, quería seguir esperando a que apareciera y le llamara. Pero veía como no aparecía y no le enviaba un mensaje, se estaba poniendo cada vez mas nervioso y con cada segundo con un dolor de corazón. Empezó a recoger sus cosas guardando su basura que se hubiera caído en una pequeña bolsa de plástico. Tomo su refresco poniéndose aquella mochilita que había traído pensando en llevarle a un restaurante y a unos recreativos, pesando guardar los premios y sobras hay.

Y comenzó a caminar decaído, bebiendo aquel refresco dulce que compro en aquel McDonald, pensando el porque siquiera había ido aquel día o le había dicho que vendría. Se había ilusionado para nada. Aquella persona con la que logro mantener el contacto durante 2 años enteros le había gastado una broma de mal gusto. De un momento a otro muchos pensamientos llegaban a su mente, llamándole idiota, crédulo, solitario. ¿Realmente se había creído que alguien vendría a su país desde otro continente solo por el? Ahora debería crear otra cita con su psicólogo y con ello tendría que salir de casa y...

"¡Noam!" Escucho a lo lejos por lo que se detuvo, podrían estar llamando a alguien mas. No, no mucha gente se llamaba así en donde vivía. Se giro dejando las cosas en el suelo, buscando con la mirada a aquella persona que espero por tanto tiempo. Busco y busco con la mirada, era como encontrar a Wally. Al del minuto pensó que no al final no había sido para el, volvió a agacharse para recoger su mochila cuando escucho aquel nombre de nuevo. Volvió a mirar con vagas esperanzas para verle, tal y como le había descrito estaría esperando le, con los brazos abiertos justo como en una de sus muchas conversaciones sobre como se conocieron le dijo estaría.

Así que comenzó a caminar lentamente hacia este, sin terminar de creer se lo, como si esperara que alguien mas corriera hacia este y le dijera que no era este. Al ver que nadie lo hacia y ver mejor quien era, viendo que realmente era el acelero el paso. Empezó a correr hasta llegar a el, abrazando le instantáneamente, sintiendo como aquel vacío que siempre sintió, aquellos pensamientos que tenia. Aquel abrazo se sintió como si todo aquello por lo que había pasado en su vida valió la pena.

Aquel abrazo fue todo, comenzó a sacar algunas lagrimas mientras sentía como el contrario correspondía aquel abrazo, lo cual solo le hacia llorar aun más. Llamando su nombre y diciendo cuanto le extrañaba repetidas veces. El español realmente sintió tranquilidad, incluso como podría dormir simplemente estando hay.

Detrás de aquellos dos se acercaban sus respectivos padres, separándose de aquel abrazo poco a poco, el español y el colombiano entrelazaron manos mientras veían a sus padres presentarse los unos a los otros. Aquel viaje estaría lleno de aventuras, de eso estaban seguro, pero lo que les importaba realmente era el poder estar el uno junto al otro.

Caminando hacia la salida hablando y tomados de la mano, salio el tema del hotel, por lo que nuestros protagonistas se entusiasmaron. Habían logrado que sus padres les dejaran residir en una habitación de hotel separada pero estando al lado de en la que se quedarían las madres del colombiano. Por fin podrían tener aquello que tanto habían anhelado, aquello que tanto habían deseado. Durante el viaje conversaron y respondieron preguntas, no diciendo todo claro, aun había cosas que sus padres no debían saber sobre su relación.

Al llegar a aquel hotel se registraron, cambiaron números de teléfono para estar en contacto con todos creando un grupo de WhatsApp (Idea que dio el padre del español, obseso con el control). Al terminar toda preparación, subieron todas las maletas a sus respectivas habitaciones. Y cualquier padre pensaría que estos aprovecharan a hacer algo indecente. Para sorpresa de muchos paso todo lo contrario.

Se quedaron unos segundos quietos observando aquella habitación. ¿Realmente les habían dado una habitación con cama para 2? No dos camas individuales, una en la que podrían dormir juntos. No se esperaban aquello, no estaban tristes, se sentían mas felices que cualquier dibujo animado o expresión Kawaii que se podría encontrar por Internet.

Finalmente acordaron organizar sus maletas antes de hacer nada mas: colocaron su ropa en el armario, objetos extras en las mesitas respectivas poco materiales de arte y demás. y cada uno al parecer trajo un peluche que colocaron juntos en el centro de esta. El español al terminar se tumbo directamente en la cama, no podía terminar de creer aquello aun. Parecía un sueño hecho real. El colombiano le siguió, tumbándose a su lado, estando los dos boca arriba.

Comenzaron a hablar sobre ellos mismos y sobre el viaje hacia España y hacia el hotel. Quedando se poco a poco sin temas de conversación por lo que decidieron probar algo de lo que hablaban constantemente. Se levantaron, el español cerro las cortinas de forma que no dejaba entrar lux por estas, el colombiano apago las luces y encendió las luces en las mesitas de noche, las cuales no alumbraban mucho.

Se sentaron en aquella cama, abrazándose, dándose cariños, dándose besitos tímidos. Parecían una pareja de tortolitos enamorados. Se sentían bien siendo así, aquello que hacían no tenia ningún significado sexual, solo eran cariños que necesitaban por mucho tiempo, abrazándose mientras soltaban alguna lagrima mientras se decían cosas cursis como siempre. Poco a poco cerraban los ojos, quedándose dormidos poco a poco. Aunque no seria el final de aquel día, ya que el español tenia pensado llevarle a unos lugares especiales aquel día.

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⏰ Última actualización: May 20, 2020 ⏰

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