DECONSTRUIR

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Portada: fanart de la gran artista 仙都怪谈 https://twitter.com/xianduguaitan/status/1263073527214649344?s=19

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Hay una lección muy importante que Lan Wangji aprendió cuando todavía era un niño pequeño.

Esta lección ha sido profundamente arraigada en su alma, por el clan Lan, por su tío, por las reglas de la secta, pero lo más importante, por observar a sus padres. O más bien, al no ver a sus padres, porque solo puede estar con su madre una vez al mes, y con su padre menos aún.

La lección es simple: el amor es malo.

Oye el desprecio de los ancianos Lan cuando repiten una y otra vez cómo los hombres Lan siempre se vuelven tontos cuando están enamorados. Él asiente obedientemente a las instrucciones de su tío, para no contactar a su alma gemela, ya que debe centrarse en sus estudios, en su cultivo, en lugar de cosas estúpidas como esas.

Él sabe lo que el amor de su padre le hizo a su madre, un gentil ser encerrado detrás de las paredes, obligada a ver a sus hijos una vez al mes durante luna llena. Una prisionera en su propia casa, nunca quejándose, nunca menos amable a pesar de la elección que le fue robada. Incluso cuando era demasiado joven para entender, sabía que no es algo que se le desea a nadie.

Ser almas gemelas no salvó el amor de sus padres, es lo que él aprendió.

De esta forma, deja a un lado la noción de almas gemelas. Es consciente de que cuando los núcleos dorados se cultiven adecuadamente, la energía espiritual se unirá a la de otra persona, a la persona que más lo complementará a él y a su cultivo. Pero a pesar de ser consciente de ello, lo toma como un hecho trivial y fácil de descartar, como la nota al pie de un libro de estudio sobre el que solo echará un vistazo.

Eso es lo que funciona para él, y durante mucho tiempo su alma gemela también lo ignora. Incluso después de la muerte de su madre, incluso después de darse cuenta de que esperar frente a la puerta de la cabaña no produciría resultados, no hay consuelo apareciendo en forma de caracteres dibujados en su piel. Después de que se cierra aún más que antes, de una manera que solo su hermano puede interpretar, nada nuevo viene de ninguna parte.

No piensa mucho más que un "oh, bueno", y sigue adelante. No hay resentimiento o enojo en su corazón por esta persona distante, solo indiferencia.

Todo eso cambia cuando tiene nueve años.

Se está preparando para acostarse cuando una ligera sensación en su brazo le hace detener sus movimientos. Arremangando la manga con precaución, Lan Wangji se pregunta si accidentalmente se pinchó con una espina afuera, pero luego sus ojos se abrieron ligeramente.

En su antebrazo, junto a su muñeca, se escribieron tres palabras: "¡Hola, alma gemela!"

Levantando su mano derecha, traza las palabras suavemente, pero no hay volumen en su brazo. Las formas son una copia de algo escrito a distancia con energía espiritual, inmaterial. Respira hondo cuando le siguen más pinceladas.

"¡Lo siento, me tomó tanto tiempo llegar a ti!"

La escritura es desordenada y salvaje, tanto que Lan Wangji tarda unos segundos en descifrar lo que dice. Incluso más palabras le siguen a continuación.