La avaricia por el dinero y el reconocimiento en algún puesto, ciega a las personas.
JiMin es testigo de eso.
El chico es testigo al ver como su esposo se enfoca más en resaltar en su trabajo, que en notar como se van distanciando paulatinamente...
El bonito rubio se encontraba bastante cómodo sentado en su gran cama, terminando su proyecto de arquitectura, enviando y recibiendo archivos que tenía que revisar y terminar. Un mohín se formó en sus gruesos labios al notar que un documento faltaba, se levantó de su cómoda cama que compartía con su esposo, bajo las escaleras de su pequeño departamento, para poder llegar hasta su celular. Al tenerlo, pudo llamar a sus compañeros preguntado por el archivo faltante.
Todos llegaron a un acuerdo sobre el último papel, y solo así pudo respirar tranquilo.
Entró a la cocina y se sirvió un gran vaso de agua, tomándose lo casi de inmediato, suspiro fuerte, estaba a pocos pasos para cumplir con su último trabajo de su profesión.
La puerta de la entrada se abrió, revelando a su compañero de vida, deshaciendo el nudo de su corbata mientras que dejaba sus cosas en la pequeña mesita de centro de su sala.
JiMin corrió hasta YoonGi, colgándose de su cuello mientras sonreía enorme, mientras que el mayor se aferraba a su pequeña cintura y le mostraba una sonrisita mostrando sus dientes blancos.
—JiMinnie, te extrañe tanto, bebé— le apretó más contra su fornido cuerpo y escondía su rostro en la curvatura de su cuello.
—Yo te extrañe muchísimo, Yoonnie. Demasiado. Mucho, mucho— le respondió mientras regaba besitos por la mejilla de su pareja.
Sip... JiMin es un Min.
—¿Ya cenaste, bebé?— cuestiono el pálido.
—No, te estaba esperando— JiMin acomodo los cabellos de la frente que caían de su pareja.
—Perfecto, comamos entonces— dejo un piquito en los labios de JiMin y lo soltó para que puedan servir su cena.
Mientras comían, su ambiente se desenvolvía entre sonrrojos, risitas y besos cariñosos entre ellos, haciendo que sus emociones salieran a flote. Revelando cuan enamorados estaban del uno del otro.
Cuando terminaron, lavaron los platos y sus cubiertos entre ellos, para luego subir a su habitación para obtener un merecido descanso.
Ambos se colocaron sus pijamas. JiMin se lavo la cara y los dientes, y YoonGi le siguió después.
Cuando terminaron, el mayor se metió entre las cobijas e invito a su pareja a acostarse junto a el, acción que atacó a la primera.
JiMin escondió su rostro en el pecho de YoonGi, mientras que este último lo hundió en los cabellos del amor de su vida. Prontamente callendo dormidos profundamente.
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En el siguiente capítulo empieza la verdadera historia.
