Yo, y mi extraña manera de enamorarme, por favor.

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Narra Dereck

Llegamos al instituo, y me estaba muriendo de los nervios. Quizá no era buena idea hablar con Álex.

-Mira Dereck, allí está Álex ve a hablar con él.-dijo Amy señalando a mi chico de ojos azules-grises.

No quería enfrentarme a él tan rápido. ¡No hacía ni 24 horas que había llorado por él! Retrocedí lentamente, intentando que mis amigos no se dieran cuenta, y con suerte escaparme. Pero claro, Dace aún estaba pegado a mí como una lapa, así que no pude lograr mi cometido.

-¿A dónde crees que vas?-preguntó James, mirandome acusatoriamente.

-A...-me escondí como pude en el pecho de Dace. James daba miedo cuando se ponía en plan mamá enfadada.-T-Tengo miedo...-admití.

Unos suspiros cansados se escucharon por parte de mis amigos.

-Venga, Dereck. Si no lo intentas nunca lo conseguirás. Es muy probable que te rechace,-dijo Ace mirando a Amy, que solo sonrió orgullosa.-pero si insistes, seguro que se rinde. Digo... Te perdona.

Lo miré indeciso.

-No hace falta que le digas ya lo que sientes, podriaís empezar siendo amigos, ¿No crees?-dijo Amy con una sonrisa tranquilizadora.

Respiré profundamente, y asentí conforme.-De acuerdo, deseadme suerte.

Fui hasta Álex, que estaba viendo algo en su móvil, en un sitio un poco apartado de todos los demás alumnos que esperaban a que sonara la música, para entrar a clase.-Álex.-lo llamé haciendo que apartara su mirada del móvil y la colocara sobre mí.

Las heridas de ayer las tenía casi curadas, aunque el ojo morado no se había ido del todo todavía. Una gran sensación de culpa me invadió al verle. Si sólo no fuera tan idiota...

-¿Qué quieres?-preguntó molesto.-Te dije que no me miraras con lástima. Me da mucha rabia.

-Lo-Lo siento.-tartamudeé intentando no ponerme triste porque estuviera enfadado conmigo.-Sólo quería pedirte perdón.-tragué saliva nervioso. Tenía miedo de que Álex se enfadara conmigo y no me volviera a hablar.

Álex suspiró.-No pasa nada, sólo es que odio que me miren así. Aunque no lo parezca, hasta yo tengo cierto orgullo ¿Sabes?-dijo más relajado regalándome una cansada pero amable media sonrisa que hizo que sintiera un remolino de mariposas en mi estómago. No supe qué responderle, estaba muy nervioso. Creo que de nuevo me quedé enbobado viendo sus hermosos ojos.-¿Ha-Hablamos luego? T-Tengo que irme ya a clase.-dijo algo incómodo antes de irse y dejarme solo.

Suspiré triste. ¿Por qué tenía que enbobarme siempre mirando sus ojos? A los pocos segundos vinieron mis amigos y no dudé de que hubieran estado espiando todo el tiempo. Cotillas.

Todos me miraron con lástima. Ace abrió la boca para decir algo, pero rápidamente la cerró sin encontrar las palabras correctas. Suspiré triste y dejé que Dace me abrace.

-Te quedas enbobado cuando hablas con él.-dijo Dace sin pensar.

Asentí avergonzado. Me sentía patético, ni siquiera podía aguantar más de dos minutos sin enbobarme completamente con sus hermosos ojos azules-grises. Me llevé las manos a la cara frustrado y avergonzado. ¡Cualquier dios, era como una colegiala enamorada! 

Alguien puso una mano en mi hombro izquierdo con cariño.-Venga, no te pongas triste. Es normal que te pongas así. Te gusta mucho, ¿Verdad?-reconocí la voz de Ace.

Me quité lentamente las manos de la cara, y asentí tímido. Suspiré molesto. ¿Qué es lo que me estaba haciendo Álex? Yo no era tan tímido.-Sí...-dije seguro, sin mis manos en mi rostro.

Mi hijo gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora