Capítulo 31

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Ver Riverdale siempre me da vida y esperanza de la misma.

—Sería bueno tener pareja para decirle "Eres el Jughead de mi Betty" — justo eso me hizo sentir más sola de lo que estoy, gracias Netflix.

Escuché s alguien tocar la puerta y fui a abrirla.

¿ES EN SERIO?

¿Tiempo sola? No creo que eso exista.

¿Y si es Juan David? Probablemente lo golpee.

Fui a mirar quien había tocado la puerta.

—Hola— saludo él con un rostro serio.

—¿Hola?

No entiendo nada.

—¿Podemos hablar?

—¿De qué te gustaría hablar?

—No estoy seguro, tal vez podría ser... ¿Por qué dejaste tu cartera en la habitación de Martín?

¡Demonios!

—Pasa— me hice a un lado de la puerta y él pasó.

—Oye... La verdad no recuerdo qué pasó ayer...— dije algo apenada.

—No te preocupes, yo solo quería devolverte tu cartera.

—Entonces, ¿Te irás?

Quédate un segundo más.

—¿Quieres qué me quede?— su voz ronca me aturdió por un momento.

Sí, joder, hazlo.

—Creo que debemos hablar Juan Pablo.

—Te escucho— se sentó en el sofá de la sala arqueando una ceja.

—Pero antes de hacerlo pediré una pizza, ¿Está bien?— lo miré y asintió.

Llamé al lobby para comprar la pizza y me dijeron que estaría lista en diez minutos.

¿Flash o qué?

—Comenzaré diciendo que te agradezco mucho por traer mi cartera, no sabía que la había dejado allá... Tengo una pregunta— pensé—  ¿Martín te dijo algo sobre lo que sucedió ayer?

—Si, me dijo que estabas bebiendo con un hombre y él se quería aprovechar de ti, entonces Nathalia, Simón y él te ayudaron.

Ay, gracias chicos.

—Bueno y que resultaste durmiendo con Martín pero, lo curioso es que ya me había dado cuenta por tu cartera, la había visto una vez es tu auto de Colombia...

Oh.

Rayos.

—Lo siento, en serio lo siento, no quería incomodar a nadie y resulté en la parte que menos esperaba.

Tocaron la puerta y me dirigí por la pizza y un refresco gratis.

—Llegó la pizza— dije cerrando la puerta y él me ayudó.

—Bueno ahora si, te mereces una gran disculpa Juan Pablo porque creo que no debí alejarme de tu vida— suspiré— tal vez no debí hacerlo, pero sé que tu vida es muy ocupada por tu trabajo y claramente yo tampoco tenía tiempo en ese entonces...— hice una pausa— y no quería ser una carga o una piedrita en tu camino— deja de hablar Nathalia— es que...

Nota mental: no decir "piedrita" en momentos críticos.

—Yo te entiendo, sé que tu vida laboral y el estudio no te dejaban tener tiempo libre, y lo acepto completamente porque en gran parte nuestras vidas se parecen mucho solo por mantenernos siempre ocupados.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora