El dia lluvioso continuaba, el australiano estaba como perrito castigado frente a la puerta de cristal que daba al patio, el quería salir a jugar a los charcos, llenarse de barro, jugar con barro, buscar animales que salen solo en aquel tiempo donde el cielo llora.
Como sea solo miraba la lluvia envuelto en su manta con diseño de animales, de todas formas tenia frío.Canadá amaba los climas fríos y lluviosos porque su padre solía hacerle un rico chocolate caliente con esponjosos malvaviscos que parecían nubes en su taza oso, el de hoja amaba esa taza y se enojaba con que tan soo otra persona la usase.
El segundo hermano menor, Nueva Zelanda, seguía con su enojo.
Los días lluviosos no eran los suyos, los canales de la televisión solo se congelaba y las voces de las personas parecían querer darte un mensaje satánico. Cansado de tratar de hacer que la televisión funcione fue a buscar su padre que se encontraba en la oficina, no estaba trabajando solo leía un libro mientras de reojo observaba la pantalla de su celular.Sin ninguna notificación
Se sentía mal, la francesa ya no le hablaba, no le respondía y si lo hacia era de forma cortante.. El del sombrero de copa se negaba a aceptar lo que parecía ser obvio.
Su pequeño lo distrajo de sus pensamientos dejando de lado su libro para observas al pequeño que estiraba sus brazos esperando ser cargado, cosa que el padre hizo y lo sento en sus piernas." Dad, can you read me a book? "
Asintió y fue por un libro, tomo uno aleatorio de una pequeña sección en su biblioteca sobre libros infantiles, solían ser cortos y la trama no era realmente complicada puesto que estaba visto para un publico menor.
El adulto comenzó a leer y fingiendo diferentes voces le daba vida a la historia y personajes, Nueva Zelanda amaba eso de su padre, contaba muy bien las historias cuando quería.Ahora pasaremos a ver la situación de nuestro querido hijo mayor, estaba hecho bolita en su cama, su mente aun repasaba los comentarios que recibia de las personas.
Sus manos fueron a su estomago, aveces los comentarios terminan convenciendote de lo que eres, quería llorar.. La sociedad no quería a la gente gorda y el no quería que lo dejaran de lado.
Quería llorar o algo pero su hermanito estaba jugando con unos autitos en el mismo cuarto, de todas formas estaba le daba la espalda.El de estrellas podía ver los cabellos y orejas del menor, su espalda, trasero t sus medias que estaban un poco salidas. El argentina parecía trate de sacarselas con lo pies, con su boca emitía los sonidos que harían los autos.
El mayor suspiro y se acomodo en la cama, tapándose para hacerse bolita.
" Pareces una oruga "
Comento gracioso el argentino acercándose a su hermano para acostarse, se saco las medias dejándolas en el piso.
" El frío me da sueño "
Se colo por debajo de las mantas apegandose a su hermano el cual ya estaba calentito, el estadounidense se quejo un poco porque el cuerpo ajeno estaba frío pero finalmente solo lo abrazo.
Argentina estaba feliz, los días lluviosos le recordaban su tiempo en aquella caja que se moria poco a poco y sus mantas sucias y mojadas.
Y ahora estaba en una cama comoda, con unas lindas sabanas calidas y limpias con la compañía de alguien.Sonrió y cerro sus ojos para caer en un sueño profundo.
Tristemente un trueno interrumpió su sueño y por el ruido de este se desperto llorando alterando a su hermano el cual se despertó sin saber donde estaba parado.
" Arge ?... "
Lo miro y le dio unas palmaditas en la cabeza cosa que relajo al menor.
Estados Unidos lentamente apoyo de nuevo a contrario en la almohada para que vuelva a dormir, como su cuarto estaba a oscuras por las nubes que tapaban la amigable luz del sol prendió la lampara de su mesita de luz, no iluminaba mucho el cuarto pero al menos lo llenaba de amigables estrellas que a el le generaban paz.ー
No estoy muerta 👌Vayan a leer mi blog vrgas B)
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⋆┈⊰ Cat ⊱┈⋆ [CH]
Tâm linh┌── ✽ ──────────┐ Un pequeño niño que vivía en un callejón, una noche lluviosa y aquel ingles desconocido que decide ayudarlo. Aquel peculiar niño con orejas y cola gatuna. ¿Como sera la vida del pequeño argentino aho...