Capítulo único

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Jung Jessica es una secretaria con una vida algo agitada y llena de trabajo, nunca tiene tiempo para si misma y en la vida amorosa no le ha ido muy bien, siempre ha sido el tipo de persona que no puede controlar mucho sus impulsos y menos la curiosidad, y por ello ha tomado decisiones muy malas a lo largo de su vida, y un día durante el trabajo, se quedó dentro de la empresa a la espera de unos papeles que su jefa debía darle para completar su turno, y justo ahora ; Hay una pelinegra bastante molesta rondando y buscando por todas las paredes del edificio a la mujer que era indispensable para terminar el turno de trabajo, por ello estaba con su ceño fruncido mientras soltaba insultos a cada momento.

Fucking shit.. ¿Dónde coño estás Hwang? —Espetó al aire buscando a su jefa. Y si no fuera por un golpe en seco que escuchó tras su espalda por una de las paredes del lugar se hubiera marchado sin importar las consecuencias. Estaba segura que no había nadie más en el edificio aparte de ella misma y Hwang por lo cual se acercó lentamente al lugar buscando a la mayor.

"Jamás entres aquí", "Nunca debes de entrar a ésta habitación", fué lo que pasó por la mente de Jessica al posarse frente a la puerta del lugar proveniente del sonido, chasqueó la lengua y miró la rara puerta lo suficientemente llamativa como para tocarla apenas con las yemas de los dedos.

Había una pequeña palanca de forma circular en la parte de arriba la cual debía ser tocada tres veces antes de que se abriera sola ; Eso lo sabía pues un día se escondió espiando el raro lugar donde Hwang entraba algunas veces.

Nunca había entrado pero había logrado apreciar con sus ojos como la puerta se abría de aquella forma.

Entonces una sensación extraña invadió sus poros y su corazón se agitó ante la posibilidad de perder el trabajo por faltar con aquello ; Sabía con exactitud cuan importante era para la empresa aquellos papeles. Jessica acomodó mejor sus lentes y hecho su cabello hacía atrás antes de acercar su mano con sigilo a la palanca, dudaba seriamente que fuera tan malo, aunque las muchas precauciones de su jefa dejaban mucho que pensar.

Antes de tan sólo tocar la palanca, sintió un tipo de vértigo, es como si sus sentidos le avisaran de algo malo y poco a poco sentía como si la palanca se alejará de su vista. "Idioteces" Pensó antes de sostener firmemente aquel objeto de hierro que se aferraba a la puerta. Llevó su mano hacía arriba un momento antes de dejarla caer tres veces justo como había visto una vez, una gota de sudor se escurrió por su frente y sintió una gran presión en su vientre bajo cuando muy lentamente, una puerta era abierta por si sola. Bajo su mano de inmediato y hecho una ojeada al lugar.

No había absolutamente nadie. Lo más extraño es que era un pequeño pasillo largo sin absolutamente nada, aparte de una puerta de madera al final. Si bien es cierto, tenía los nervios a mil pero la curiosidad la comía por dentro, ella terminó por abrir la puerta y caminó muy lentamente hasta el final del pasillo donde intentó forzar la puerta de madera que no tenía ni una sola cerradura. Solamente a su lado había un tipo de dispositivo que pedía un código para entrar.Iba a dar media vuelta e irse a no ser de que el tatuaje que había visto una vez en la nuca de la americana mayor se paseara por su mente, entonces, sintió que debía mínimo intentar con aquello. No supo en que momento dejó de hacerlo por su trabajo y terminó siendo por la curiosidad.

Tragó fuerte y se tenso la frente poniendo lentamente los cuatro dígitos "0022".Casi de inmediato, hubo un fuerte sonido que la asustó al momento, un sonido que la mejor forma de compararlo es cuando pones agua por debajo de un sartén hirviendo invadió sus oídos. Era un lugar malditamente extraño.

Las paredes eran de piedra y pudo admirar como había una gran cantidad de objetos de tortura. El miedo se infiltró a su rostro y pánico se podía admirar en su expresión, había uno que consistía en una X que tenía en sus esquinas agarraderas las cuales desde una palanca se iban jalando cada vez más las extremidades, otra era una jaula que dejaba afuera la cabeza.

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