Prólogo.

24 2 8
                                    

Veintiún  años y no tenía a nadie a su lado. Sólo ella, una enorme mansión, una empresa manejada por su abogado y una empleada que le cocinaba.

Talló sus ojos con fuerza, no importaba el dolor que causaría después eso. Los talló demasiado qué ambos se hincharon y se volvieron rojos.

Los abrió con lentitud, miró hacía él reloj y apenas pasaban las tres de la madrugada.

Qué haría a ésta hora despierta, él sudor se deslizaba por todo su rostro y su cuello, odiaba tener esos sueños malos. Odiaba que esas cosas hubieran sucedido alguna vez, quizás era su castigo por salir viva de ese auto.

Tenia demasiado calor a pesar del aire acondicionado que estaba prendido, no teniendo opción se deshizo de su remera y se acostó de nuevo.

Cerró sus ojos en busca del sueño. Nuevamente.




El auto se desvió de la vía principal, adentrándose en un callejón que bien sabia ella daba hacia su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




El auto se desvió de la vía principal, adentrándose en un callejón que bien sabia ella daba hacia su casa. No presto atención a la conversación pero si la escuchaba, quiso levantar más el sonido de la música, pero estaba en lo último que podía.

"No deberías conducir por ahí cariño" la mujer mayor repitió de nuevo.

"Estamos en mayor peligro si nos vamos por la calle principal" su padre respondió. Henry Weston no era de esos que solo seguía órdenes.

"Papi se ve malo por A-..." las palabras de la pequeña fueron interrumpidas, por el ruido fuerte de un auto frenando justo al momento en que su padre lo hacía.
Su cabeza golpeó con fuerza la ventana cuando frenó, cayó al piso de la camioneta y lo poco que oyó fueron los disparos de armas.
Su cuerpo se cubrió de sangre, el cuerpo de su madre estaba convulsionando y la cabeza de su padre, estaba hecho un desastre y esa era la sangre que la bañaba. El cuerpo inerte de sus otros dos hermanos pequeños y la de su hermanita  también estaban cubiertos de sangre, su vista estaba nublada. Sobre ella tenía al pequeño Dian, llorando con fuerza.

Se quedó quieta y aguanto la respiración cuando abrieron las puertas.

"Que haremos con el pequeño?" La voz gruesa, la había escuchado en alguna parte.

"Lo llevaremos, con nosotros y lo criaremos. Más bien tu y tu esposa" el otro hombre respondió y tomo al bebé hecho lagrimas y empezó a palmear su espalda para que se calme.

"Y el auto desháganse de el. No quiero pruebas, quemen lo. Que no quedé cenizas de esta familia" la voz cruel le erizo la piel.


"Mamaaa" grito cuando despertó de pronto, se tocó su cuerpo. Todo lo veía rojo, estaba sangrando. Empezó a rascarse la piel, como si eso fuera a quitar la suciedad que traía cargada en su Alma.



"Señora se encuentra bien" la mujer entró de manera rápida, con un vaso de agua y unos calmantes para los nervios. Vio las rasgaduras en la piel y se exaltó de sobre manera, nunca se iba a acostumbrar a que su empleadora se lastimara de esa manera.


"No le des eso" la voz de un hombre se escuchó captando la atención de ambas.


"Yo soy la culpable, por sobrevivir yo..." el hombre cruzó rápidamente la habitación y se sentó en la cama a su lado, la abrazo y lentamente se fue calmando.



"Tu eres inocente"






Dyshenjuani17©️

Oskyldig©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora