BIENVENIDOS AL FINAL DE MI MUNDO | Imagina Kim Seungmin y Stray Kids

CAPÍTULO 12: Noche buena

Ya habíamos superado las siete de la tarde cuando vinieron a avisarnos de que la operación de Dahyun había sido todo un éxito y que se recuperaría en poco tiempo. Félix secó una lágrima de felicidad del rostro de Chan. En ese momento Jihyo, como líder, se levantó y agradeció el esfuerzo a los tres médicos que habían salvado la vida de su rapera y amiga, en nombre del grupo. El tiempo que nos habían tenido espera había sido aprovechado por los que se quedaron en la sala para abrir paso a otras dos habitaciones más y agrandar nuestro refugio. Una de esas habitaciones tenía una cortina que la aislaba y se había abierto con la intención de que Dahyun tuviera un sitio tranquilo y seguro para descansar, y allí la llevaron. Las tres chicas que quedaban como representantes de Twice esperaron dentro hasta que despertó. Chan se quedó con Félix para evitar agobiarla. Yo trataba de distraer a Seungmin. También fue mi manera de no prestar excesiva atención a aquel médico extraño que había vuelto a poner su escalofriante mirada en mí.

-¿Sabías que en España la primera planta se llama planta baja y que la primera planta

empieza a partir de la segunda?

Me miró frunciendo el ceño. No se me daba bien animar a la gente.

-¡Que raros que sois los españoles!–contestó con una sutil sonrisa.

Estábamos los dos apoyados en una pared, alejados del resto, sentados en el suelo.

Seungmin olvidó el problema que estaba viviendo su amigo por un momento –gracias a mí- y me tomó delicadamente una mano.

-Oye, ¿en qué momento nos hemos vuelto tan cercanos? –le pregunté.

-Si te soy sincero, el hecho de haber estado llamándonos durante horas cada noche durante una semana entera ayudó bastante. Cada vez que escuchaba tu voz me sentía bien, igual que ahora –hizo una pausa que se me hizo eterna y continuó. –La situación que estamos viviendo todos juntos hace que me sienta muy asustado y preocupado todo el tiempo, sobre todo por lo miembros. Pero al mismo tiempo, tú actúas como una burbuja sanadora de todo lo que alberga en su interior, de todos mis pensamientos malos. Por eso, a pesar de saber que eres más fuerte que yo, siento que debo protegerte, sobre todo ante tu criptonita, para evitar que te desvanezcas.

-¿Mi criptonita?

-Sí –miró a Pía y después a mí. -El frío invernal de Corea.

Nos reímos. Era cierto que el frío era uno de mis mayores enemigos, pero para mí era una minucia. Mi prioridad era que mi hermana estuviese bien. Por eso asumía tantos riesgos. Pía y yo éramos extranjeras y unas completas desconocidas para esta gente coreana. No sabíamos hasta qué punto podíamos fiarnos de ellos. Por eso procurábamos estar siempre cerca de ellos, para vigilarlos, y por eso, siempre me arriesgaba yéndome con los chicos, para que ella se quedara en el lugar seguro con las chicas, aunque eso supusiera exponerme ante un gran peligro. Para mí esa era la mejor manera de cuidar la vida que más me importaba de esa sala, incluso por encima de la mía. En el fondo Seungmin lo sabía y eso le preocupaba.

-Clío, ¿cómo crees que hubieran sido las cosas entre nosotros si ese señor jamás hubiera pasado la frontera?

La pregunta de Seungmin hizo que me imaginara a mí misma de nuevo en plató.

Aplaudiendo al final de la actuación de Jennie, para después volver a los camerinos de los chicos. Me imaginé a Seungmin llevándome a cenar a un restaurante refinado, tal y como me había prometido, con comida coreana de calidad, y enseñándome a comer esos platos tan inusuales que solíamos ver Pía y yo por viki.com. Nos imaginaba a los dos yendo al hotel, cogidos de la mano, y a él poniéndose nervioso por no saber cómo despedirse de mí. Y de repente, un beso.