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Diez días pasaban rapidísimo y te hacen pensar en muchas cosas. Cosas como que mi tesis no iba a ningún lado y solo miraba la pantalla en blanco de mi ordenador queriendo arrancar a llorar sin pausa.

No estaba hecha para eso, no lo estaba. Sabia desde el principio todas las inseguridades que había tenido para entras ahí, donde estaba, pero en esos momentos todos se iban al garete y me hundía.  

En mis oídos sonaba lo que ahora se llamaba LOFI- JAZZ o LOFI- HIPHOP, mientras un efecto de lluvia acompañaba mis auriculares. Estaba esperando la parada del autobús del campus, me apoye en la pierna derecha dejando todo mi peso reposando en la señal de la parada. Y suspire, no quería para nada pisar mi casa, tendría que encerrarme y obligarme a abrir el ordenador. 

Note como alguien con un sumo me daba toquecitos en el hombro haciendo que arrugara de molestia algo grata a la vista que se hiciera presente.

- MinHo! - Mi rostro cambio.

No había tenido mucho mas conversación, pero aquel chico solía dedicarme alguna sonrisa o saludo modesto al cruzar miradas y eso, no me molestaba.

- ¿Sabes que tu música se oía hasta aquí?

- Suelo ponerle demasiado alta, me molesta oír algo mas que la melodía.

- Te quedaras sorda.

- Prefiero eso que oír determinada gente.- Dije sin pensarlo.

- Yoongi, ¿No dirás ni hola?

Me congele, yo quede toda estática, porque cuando lo vi al paliducho subir la mirada de su teléfono y conectarla con la mía quise parar todo mi alrededor.

- Hola.

Y parpadee.

Solo hice eso, me lo quede mirando mientras el devolvía su mirada al teléfono.

Tres palabras, solo había oído tres palabras de su boca y ya podía jurar que nunca una voz grave me gusto tanto.

Min Yoongi y hola. Tres palabras.

Cotard >> Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora