Pandora

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Aguardé un momento para ver si el detective se reía o algo parecido pero no pasó

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Aguardé un momento para ver si el detective se reía o algo parecido pero no pasó. Así que no pude evitarlo y solté una gran y sonora carcajada.

    —Claro, lo había olvidado. ¡¿Cómo carajos puedo ser alguien que ni siquiera conozco?! — Exclamé furiosa.

    —Dejemos de jugar señorita Miller. —Hizo comillas en este último.

    —No ponga mi apellido entre comillas, me llamo Emma Miller. No sé quién es Pandora.

    —Mire, sé que nunca se hubiera esperado ser capturada... pero así son las cosas ahora. — No podía seguir escuchando tal cosa, no podía dejar que me inculparan. ¿Por robar? Bueno si. ¿Pero por ser Pandora?, claro que no.

    —Diré únicamente dos cosas. La primera es saber que tengo que ver yo con Pandora. La segunda es que... quiero a un maldito abogado. Eso es todo, gracias. — Me cruce de brazos mientras miraba al hombre que se encontraba delante mío.

    —Suponiendo que usted no sabe quién es Pandora se lo diré rápidamente. Es una mujer, de su edad para ser más claros. Que hackea todo lo que se puede, es alguien sumamente interesante en todo aspecto. Muy cautelosa, pero aún así destructiva. La reina de las falacias, tal como Pandora de la mitología griega. Únicamente la lograron acorralar una vez sola, no pudieron ver su rostro con totalidad, pero nos dieron otras características. Las cuales la mayoría de ellas las cumples. — Terminó de decir para luego mirarme fijamente. Cuando estaba dispuesta a hablar un hombre irrumpió en la sala.

    —Aléjate de mi cliente. Tú no digas más nada. — Dijo señalándome. Wow, tengo un abogado. Diosito me escuchó al fin. —Primero que nada, quiero saber bien de que se le acusa a mi cliente. Ya que lo que se me informó se me hizo un chiste de mal gusto. Quiero escucharlo, detective.

Yo únicamente miraba la escena atentamente, como si fuese una película. También aproveché para mirar mi entorno, una sala de interrogatorio gris con blanco. Muy buena elección para ser una sala tan... sombría. Y más con los detectives qué hay en ella, yo pude conocer un par de ellos y no son muy agradables. Ahora mismo parece un cuarto de torturas donde está la silla eléctrica de la pena de muerte, o algo así.

    —Se le acusa de los delitos de robo y agresión. Además de tener la sospecha de que es Pandora, hace mucho la estamos buscando. Tiene casi todas las características, no aparece en la base de datos, nadie la conoce, salió de la nada. Es ella. — Afirmó.

    —Bien, la verdad que pensé que era broma pero veo que no. Muy conmovedor lo de "tiene casi todas las características". Aunque ¿no se dio cuenta de algo tan... simple? Mi cliente es británica, en lo poco que se sabe de Pandora se sabe que es norteamericana. Así que esos cargos quedan anulados. Nada más que quiera llevarlo a la corte y perder el caso. Si desea lo llevamos a cabo. Perder tiempo y dinero de su parte no me molesta en lo absoluto.

    —... — El detective quedó sin respuesta.

    —Tal y como lo pensé. Me llevo a mi cliente. Agarra tus cosas. — Me di la vuelta para tomar la mochila, luego me di cuenta que me la sacaron porque la robé, ja. Estábamos dispuestos a marcharnos pero el detective nos vuelve a interrumpir.

    —Aunque ella no sea Pandora tiene que responder y pagar por sus delitos, robó y agredió a alguien.

    —Sí, aquí tienes la copia que le di a tu jefe. Quitaron los cargos contra ella. Ahora si nos vamos, que tenga una linda tarde detective. — Solté una leve risa mientras caminaba al lado de mi abogado supremo. ¿Quién era? Ni idea.

A unos metros cerca nuestro estaba Adams apoyado en la pared junto con un hombre que no conocía. Sin pensarlo mucho fui corriendo hacia el.

    —¡Adams! —Exclamé antes de abrazarlo, abrazo que fue correspondido a la brevedad. — Casi me encierran de por vida.

    —Me alegra que ya estés conmigo.

Una tos nos hizo separarnos para así encontrarnos frente a mi defensor y al hombre misterioso.

    —Casi lo olvidaba. Emma el es Fred, Fred ella es Emma. — Nos presentó Adams. Así que el era ese Fred, interesante. — Y él es su abogado.

Así que Fred no solo es un buen hombre, es un muy buen hombre. ¿Quién te presta un abogado y no te lo cobra? Nadie. Además de que quitaron los cargos, en eso también tiene que estar él involucrado.
El licenciado se marchó y nos dejó junto con Fred, quien estaba dándonos una charla de valores. Que robar estaba mal, que le hubiéramos pedido ayuda a él y que no lo volviéramos a hacer jamás. Por suerte John no perdió el trabajo y la dignidad tampoco, ya que las cámaras no nos habían captado. Pero aún así, tuvo que decírselo a Fred, ya que necesitaba su ayuda para sacarme de prisión.
Ahora ya nos encontrábamos fuera de la comisaría, para poder irnos a casa.
Un día de locos.

    —Bien John, aquí tienes tu mochila. Si llegaron hasta aquí — señaló la comisaría a nuestras espaldas —, fue por algo.

    —Fred... no es necesario. —John estaba algo incómodo, se que quería tomarla pero no lo haría.

    —Claro que lo es. ¿Sabes? No solo soy el encargado de tu área. Me sorprende que nunca te dieras cuenta. Soy uno de los tres dueños del laboratorio. Así que esto es tuyo ahora. — Le tendió la mochila.

    —Muchas gracias, en serio.

    —Harán grandes cosas ustedes dos. Lo presiento. — Nos sonrió y se marchó.

Este día terminó muy bien, primero pensaba que no pero me sorprendió. Yo no estoy en prisión, John no perdió su trabajo y tenemos los suministros.
Genial, ahora tenemos que volver a casa caminando. Era un lindo día soleado, un poco ventoso pero aún así no le quitaba lo especial de este día. No sabía muy bien que era lo peculiar, pero yo lo veía de esa forma. Inesperadamente Adams pasó un brazo por detrás de mis hombros para acercarme a él y de esta manera seguir caminando juntos.

    —Que día de locos ¿no? — Preguntó.

    —Ni que lo digas.

    —Casi te quedas en la cárcel Miller. —Contestó con una sonrisa.

    —Cuando no, los norteamericanos queriéndose llevar a alguien preso... idiotas.

         Hola queridos saltamontes 🦗

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Pd: ¿Qué tal el capítulo?

Salvando al culpable (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora