He repetido tres docenas de veces la historia por lo menos y aquí sigo dos horas más tarde, en el mismo lugar, de sala en sala, rellenando formularios contestando a distintas preguntas pero siempre repitiendo la misma historia, una y otra vez y, ¿para qué?
Ya he anulado las tarjetas de crédito como se suele hacer en estos casos y me han dicho que por el DNI no me preocupe, aunque total, estaba por renovar.
Lo que quiero recuperar tampoco es esa vieja cartera de cuero desgastado que encontré en algún cajón algún día, no, lo que realmente quiero recuperar es la foto de mi niña, es la primera que nos hicimos cuando empezó la escuela.Ella iba por primera vez con falda escolar y estaba tan emocionada, se había puesto lazos a juego al final de las trenzas que le llegaban hasta los hombros y llevaba su mochila de osito.
Me arrepiento aún de las decisiones que tomé a partir de ahí, empecé un nuevo trabajo que me consumía, apenas estaba en casa y cuando estaba solamente era para dormir.Todo era por ella y para poder mudarnos a una casa más grande ya que queríamos ampliar la familia pero, sin darme cuenta, pasaban los días y la tenía desatendida y un día... No puedo contener las lágrimas cada vez que lo recuerdo, pero no quiero olvidarla y por eso llevo la foto en la cartera conmigo desde que desapareció porque mantengo presente en mi mente la esperanza de que sigue viva.
Nunca lo acepté, los detectives la dieron por muerta pero es que se rindieron tan fácilmen.... Otro policía viene a llevarme a otra sala y me interrumpe de mis pensamientos, tal vez esta sea más pequeña que le anterior, o más húmeda, o con distinto mobiliario pero se va a repetir una vez más la historia que todos saben:
-Llegué a las diez en punto a la peluquería para peinarme y...
-¿Está segura de la hora?
He contado la historia ya no sé ni las veces y no ha cambiado un ápice desde la última vez, pero mantengo la calma.
-Sí, completamente. El campanario suena a cada hora en punto y, a parte tenía cita a esa hora.
<< Unos veinte minutos más tarde, mientras me atendían, entró una mujer bien vestida, con gafas de sol y un pañuelo que cubrían su rostro, era alta y delgada, llevaba una gabardina y un bolso. Dejó las cosas en el perchero, rebuscó algo en los bolsillos y sacó su teléfono y una agenda con un bolígrafo. Se acercó a la recepcionista y estuvieron charlando largo rato. A las once menos veinticinco se marchó, todo parecía normal y nadie más salió ni entró. Fui yo la primera en irme después de esa señora y entonces, cuando iba a pagar que no encontraba la cartera ni el móvil, eran las doce y veinte pasadas. La peluquera me prestó su teléfono y vino mi marido a buscarme. Quince minutos más tarde pasamos por un cajero, tenía un recargo de más de ochocientos euros de las 10.49, momentos después anulábamos las tarjetas y nos dirigimos a la comisaría.>>
El policía termina de escribir y, por fin, alguien me habla sin medias tintas.
-Señora, ha sido víctima de una nueva banda de ladrones que recientemente se deja ver. Van robando carteras y algunas joyas en establecimientos con clientela pudiente, con ese dinero consiguen identidades falsas o va destinado a sobornos o a equipo tecnológico para robar objetos que más tarde venden en el mercado negro. Lo llamamos ''caso X'' ya que sus identidades suponen una incógnita, je,je,je. De todos modos no tiene de que preocuparse, nuestros agentes están trabajando en ello. Usted ya nos ha facilitado todos los datos a su alcance, así que le recomiendo que se marche a casa con su marido y di encontramos su cartera, cosa poco probable, o cualquier otra pista no dudaremos en llamarla. Iremos informándola.
<<Iremos informándola...>> Lo mismo dijeron de su desaparición: hacemos todo lo que está en nuestra mano, tenemos puestos a nuestros mejores agentes, no se preocupe que la encontraremos... Y así sigue, desaparecida, incognitada. Extraña comparación sobre dos desapariciones y curioso que se use el mismo protocolo. Podemos estar tranquilos, tenemos a la justicia....