Only You | Payton Moormeier

|17|

Narra Payton.

— ¿Qué hará? — pregunté molesto.

— ¿Qué es lo que mereces, Moormeier? —  el director recargó sus brazos en su escritorio.

— ¿Usted cree que lo que pasó es justo? ¿Yo hice mal en hacerlo? — fruncí el ceño.

— ¿Tu crees que hiciste bien? — preguntó evadiendo mis preguntas.

— No me arrepiento, la verdad.

— Pudiste haberlo arreglado de otra forma, ¿por qué a golpes?

— ¿Cómo? ¿Diciéndole a ustedes? — carcajeé. — Si no pueden hacer algo simple, ¿cree que podrán arreglar algo así?

— Hay preferencias en algunos casos.

— No lo parece, solo se preocupan de la apariencia de su escuela y no se preocupan por el bien de sus alumnos. — alcé la voz.

— No merezco que me levante cosas falsas, podría meterlo en problemas.

— ¿Estoy diciendo alguna mentira?

— Yo me preocupo por mis alumnos, por eso están aquí, quiero ayudarlos.

— Oh, sí. ¿Cómo?

— Necesito la versión de ambos para poder hacer algo.

— ¿Qué? ¿Ósea que lo que ella le dijo a usted le valió mierda?

— Por favor, cuide su lenguaje.

— No lo haré si no lo corre de esta maldita escuela, esto no puede ser así. ¡La obligó a hacer algo que no quería!

— Son reglas, y no tengo nada más que decirle.

— ¡Al diablo con sus malditas reglas! — golpeé el escritorio con mis nudillos.

— Usted está suspendido, ¿queda claro? El lunes quiero que sus padres vengan para arreglar todo. Y no hay nada más que hablar. Le pido que se retire.

— ¿Se sentirá mejor?

— Puede retirarse, ya es hora de salida. — evadió mi pregunta.

— Sólo espero que tenga buenas razones para hacerlo, señor director.

— Claro que las tengo. Puede decirle a sus compañeros que no entrarán al instituto si sus padres no vienen ha hablar conmigo. Gracias.

Tenía ganas de decirle miles de cosas, pero preferí quedarme callado. Maldito viejo.

Me levanté mirándolo con odio y salí de la oficina.

Chase era el único que esperaba afuera.

— ¿Y T/N? — le pregunté, él estaba con ella cuando entré a la oficina.

— Con Quinton. — suspiró.

¿Qué? No podía ser. ¿Dónde demonios estaba él cuando ella lo necesitaba?

Narra T/N.

— No, no pasó nada. — le contesté a Quinton cuando me preguntó qué me sucedía.

— Te noto nerviosa y estás pálida. — tocó mis mejillas.

— Quizás sea porque no desayuné bien. — me encogí de hombros.

— ¿Quieres que te compre algo?

Negué y agradecí.

— Por cierto ¿dónde estuviste? — pregunté.