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-Narra Paulo-
1-1-20
Son las ocho y media de la noche y llevo esperando todo el día a que me llegué un mensaje de mi novia felicitándome el año nuevo.
Todavía no me ha devuelto el mensaje, se que no estamos bien , pero lo que esta haciendo es una cosa que haría una nena de diez años.
Tiré mi móvil a la otra punta del sofá en el cual no había nadie ya que se habían ido ya hacía el restaurante pero a mi me a tocado esperar a mi sobrina y a ¿mi amiga? Aitana, las cuales todavía no han bajado .
Me tumbo en el sofá intentando no pensar en nada que tenga que ver con bebes , novia o Aitana.
Esta última semana no he parado de comerme la cabeza pensando en lo que va a pasar en cuanto se me acaben las vacaciones.
Si me quedo con Aitana y con mis dos hijos no tengo ninguna duda de que ellos son hijos míos, ella nunca me mintió en el pasado y sus razones tenía para ocultármelo, aún que me joda se que ella lo hizo por miedo, y aún que yo quiera que ella se mude conmigo a Turín hasta que no sepa si el bebe de Oriana es mio, no decidiré .
Yo estoy seguro al casi 100% de que no es mi hijo, pero aún así no me voy a hacer el idiota si lo es, voy a tener que hacerme cargo y amar a tres bebes.
Y hasta hace una semana solo debía cuidarme de mi mismo y en menos de 3 meses tendré que pensar en dos personitas más y quien sabe si 1 más.
Tampoco quiero que Aitana deje su vida en Madrid por mi, sus giras y sus conciertos , creo que aún que ella no lo diga no quiere venirse a Turín.
Ella quiere que este presente en la vida de los nenes pero ¿y en la suya?
Somos amigos, no lo somos, somos conocidos .
O simplemente personas con un amor prohibido .
Abro los ojos cuando empiezo a oír a las chicas bajar las escaleras, me incorporo en el sofá , tomo mi móvil de este y me levanto .
-Venga dale Paulo, vamos a llegar tarde por tu culpa- dijo mi sobrina y yo la miré mal.
- Cerra el orto nena, sos insoportable- la dije y ella rodó los ojos.
- Ya cállense vamos o no llegamos - dijo Aitana y nosotros la seguimos cuando comenzó a andar hacía el coche.
Ella se sentó a delante y yo me subí de piloto.
Conectó su música a mi coche y fuimos en el coche hasta el restaurante escuchando su playlist.
Mis sobrina y ella iban cantando y bailando mientras sonaba una canción antigua que no se reconocer.
Llegué al restaurante y aparqué en el parking subterráneo y nos bajamos los tres.
