El rubio bajito y de mejillas abultadas mordía su rechoncho labio inferior con ansiedad e impaciencia. Estaba tomando un examen muy importante de inglés que, si lo pasaba, le permitiría exonerar la materia. Sin embargo, estaba tan nervioso que temía fallar hasta en lo más tonto.
Más que, en caso de fallarlo, no solo tendría que recibir la materia otra vez, sino que también debería esperar hasta el año siguiente para volver a intentar exonerarla, puesto que, al ser una prueba tan importante, había una fecha especial y un cupo limitado para realizarse.
Realmente tenía mucho miedo de hacer algo mal y que todo su tiempo y esfuerzo se viera desperdiciado. No quería defraudarse a sí mismo ni a nadie.
Pasaron las horas y Jimin terminó su examen en el tiempo establecido, subiendo todos sus archivos a la plataforma en línea específica de aquel tortuoso examen; porque sí, para rematar, era un examen en línea.
Suspiró agotado y con un leve dolor presionando los lados de su cabeza; señal de obvio estrés. Pasó sus deditos por sobre su maltratado belfo, solo para darse cuenta de lo sangrado y herido que estaba y suspiró. Definitivamente tendría que comprar alguna especie de protector dental si no quería destruir sus labiecitos para siempre en cada examen importante.
Salió lo más rápido que pudo de aquella sala de cómputo y se dirigió automáticamente al baño, necesitaba lavarse el rostro, enjuagarse la boca de su sangre seca y llamar a su mejor amigo y mayor para que fuese por él y poder contarle su experiencia.
Sí o sí necesitaba al pelinegro, estaba demasiado frustrado y temeroso de su hipotético fracaso en aquel infernal examen.
Tras tres tonos, el mayor contestó la llamada de su niño.
—¿Chimchim? ¿Ya terminaste, cómo te fue? —preguntó, sutilmente emocionado por escuchar la experiencia del menor. Se preocupó un poco, sin embargo, al oírlo suspirar.
—¿Puede venir por mí, hyung? Necesito despejarme, la cabeza me va a matar.
El pelinegro asintió aún si el más bajo no podía verlo y contestó que le esperara. Tomó las llaves de su departamento y motocicleta, buscó los dos cascos y salió directo al instituto de su mejor amigo.
Los dos se habían conocido cuando el más alto aún estudiaba en aquél instituto, él cursando último año y Jimin primero. Todo gracias a un partido de bascketball donde Min era el capitán del equipo y Park le ofreció de su agua al ver que el mayor no encontraba la suya.
Un inicio de amistad un poco ambiguo pero a ambos les parecía curioso, no se arrepentían al fin y al cabo.
Llegó a su antiguo instituto más rápido de lo que hubiese pensado, admirando perfectamente la cabellera rubia de su donsaeng, quien, notoriamente cansado y harto de haber pasado tantas horas ansioso frente a un computador, miraba su celular.
Aparcó frente a él.
—Hola, dulzurita, ¿te llevo? —bromeó guiñándole un ojo al cansado, mostrándole su más bella gummy smile.
No siempre habían bromeado de aquella manera, tirándose piropos descarados o lanzándose motes cursis, pero desde hacía unos meses —en una noche de leve borrachera de ambos— habían destapado aquellas bromas, y no les molestaban; así que habían continuado haciéndolas.
Jimin le sonrió de medio lado apenas subiendo su mirada mientras sutilmente se tapaba la boca, realmente se sentía frustrado en todos los sentidos. Eso borró la sonrisa del mayor, haciéndole bajar de la moto.
—Eh, Jiminnie, ¿estás bien? ¿Seguro que quieres que salgamos? Te veo demasiado exhausto, mejor te llevo a casa.
—No, no. Está bien, hyung. Realmente creo que lo que necesito es un tiempo de nosotros haciendo cualquier tontera, en vez de llegar a mi casa a hundirme en mi miseria.
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Consolation prize (OS) [YM]
FanfictionLos nervios pueden ser la peor arma en contra de un estudiante que debe enfrentar un examen importante, y la desesperación de la incertidumbre que viene luego es simplemente tortuosa. Jimin, el chico nervioso. Yoongi, su mejor amigo que trataba de...