El sonido atormentador de mi teléfono me hizo dar un respingo, busque a tientas el teléfono entre las sabanas, de nuevo había olvidado enchufarlo a su cargador por ello no lo encontré posado en mi mesilla de noche.
- ¿Hola?
-No me digas que estabas durmiendo -la voz de mi mejor amiga sonaba igual que un ratón conteniendo la risa
-No -alejé el teléfono de mi oreja y vi la hora-. ¡Mierda!
-Sabía que estabas dormida, Beck tienes un poco más de media hora para llegar a la entrevista
-Lo sé, lo sé, creo que no oí la alarma -corrí buscando algo en el closet que pudiese verse formal
-Te llamaba para desearte suerte, pero veo que no la necesitas -oí la risa de mi amiga por el altavoz esta vez clara y fuerte-. Mejor me despido, ya me contaras
-Si, te llamo más tarde
Si antes ya me creía una autentica loca, ahora lo estaba confirmando al correr por todo el apartamento al intentar asearme un poco, comer algo y vestirme al mismo tiempo.
Cuando me vi presentable, corrí escaleras abajo en busca de un taxi que pudiese volar. Gracias a los cielos, el mundo por una vez parecía querer sonreírme, el automóvil hacia podido cruzar todos los semáforos en verde y el tráfico era bastante fluido a comparación de otros días.
Cuando llegué al edificio, volví a correr.
-Buenos días señorita ¿en qué puedo ayudarla? -una mujer parecida a Lindsay Lohan, pero sin drogas y con el cabello rubio me miraba expectante y con una sonrisa de anuncios Colgate
-Soy Becka Miller vengo a la entrevista de trabajo
-Claro, tome el elevador hasta el tercer piso
-Gracias Lindsay -corrí hasta la maquina elevadora y esperé a que las puertas se abrieran.
Al llegar al tercer piso, muchas miradas se posaron en mí, bien, no había escogido la ropa adecuada pero tampoco parecía una camarera de burdel. Míralas todas serias y con un traje impecable, me daba vomito solo con mirarlas.
-Becka Miller -mis ojos se abrieron al igual que todos, expectantes para conocer a la primera victima
-Soy yo -me acerque despacio sintiendo varias miradas sobre mí, incluso casi y podía oír sus pensamientos; tiene el descaro de llegar tarde y aun así es a la primera a la que llaman.
La muchacha me hizo un gesto para que la siguiera donde me conduciría al matadero, sentía mis nervios a flor de piel, hacía varios meses que no me presentaba a una entrevista y ya había olvidado los cursos que había hecho para acompañar a mi carrera.
-El señor Liu va a atenderla ¿quiere algo para tomar? ¿Un café? ¿Agua? -una cerveza fue lo que pensé
-No gracias, estoy bien -me senté en un sillón terrible, era de cuero negro y con el calor que hacía y con lo que ya estaba sudando por la maratón que tuve en la mañana y los nervios, estaba segura de que mi piel iba a pegarse como chicle.
-Señorita Miller -la puerta se abrió y un hombre de edad adulta que a juzgar por sus facciones era de raza asiática, su pelo era corto y de un color azabache con una figura era delgada, al levantarme lo que pensé sucedió, mis pobres muslos se habían pegado y con la fuerza con la que me levante sentía que me habían despellejado las piernas.
-Señor Liu -mi voz salió lastimera, y me estaba esforzando horrores para no llorar pues desde que era una niña mi tolerancia al dolor era demasiado baja.
-Es un gusto poder conocerla, su madre la señora Miller me ha hablado muy bien de usted
Y venia un comentario al que no sabía responder, pero me dio la idea que mi madre no solo había conseguido la entrevista para mí, sino que también había movido algunos otros hilos para ser la candidata favorita.
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Mistakes《Wang YiBo》
Hayran KurguCon un una vida incierta y miles de proyectos destruidos. ¿Qué errores cometería al conocerlo? Y lo más importante... ¿Sería capaz él de perdonarla?