Silencios

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Piel pálida y sus ojos avellanas que tanto dolor escondían, un alma torturada siempre sola y con voces internas que solo querían gritar, pero el se quedaba en silencio, siempre en silencio.

Quizás el mundo no extrañara su existencia, quizás nadie nunca le prestara atención y se mira en el espejo y se siente decaer, sabe que no podrá aguantar más por mucho tiempo, porque aquel amigo al que tanto amaba lo abandonó por alguien más, el confió tanto, pero ahora solo está solo.

Si pudiera decir más, lo haría, pero el caso es que no puede, su mundo se hace cada vez más pequeño porque las personas se van.

Silencios.

En su escuela el tiene su propio rincón, ya nadie se sienta ahí porque todos saben que ese puesto es suyo.

A el lo solían forzar a hacer cosas que no quería, pero cada vez iba peor porque el se defendía, era muy tímido para eso. Empezó con pequeñas mentiras que lo harían quedar mal y sólo se volvió peor.

¿Cómo podía ser que el chico más lindo de todos no se diera cuenta de que lo era?

Acosado desde que entró, quizás se debía a su baja estatura o a sus problemas para socializar, pero parecia que todo era con el.

Nunca se cortaria ¿como podria? aunque no iba a negar que ese pensamiento se habia cruzado por su cabeza en ocasiones anteriores.

***

Annabella siempre le miraba desde lejos y su corazon lloraba por dentro cada vez que cualquiera le hacía algo malo a él, ella solo quería con todas sus fuerzas que él, fuera su él.

¿Cómo no podía darse cuenta de lo guapo que era?

De lo linda que era su sonrisa tímida, su pose de incomodo, y esas manera tan hermosa en la que el sol hacía que en su cabello aparecieran reflejos dorados, o su linda espalda.

Desde que estuvo aquí por primera vez, Annabella se sintió atraída hacia él en el primer momento en el que lo vio.

Silencios.

Todo acerca de él estaba hecho por ellos.

Si pudiera leer su mente probablemente entendería lo maravilloso que era, pero quizás no, ella sabía que su imaginación era muy fuerte, que todo aquel amor era mas una fantasia que una realidad, sin nunca haber podido conocer al chico detras de la máscara, quizás si se dieran una oportunidad, ella aprendería que el era incluso mejor de lo que pensaba.

***

Llorando en el baño. Solo de nuevo. Dejado a un lado, su mochila tirada al vacío, todo su contenido vaciado y el burlado, empujado por sus compañeros, lanzado, se sentía tan expuesto...

Una idea empezó a florecer en su cabeza, quizás si probaba su valía ante los demás, sería respetado, adorado incluso.

***

Annabella lo miraba desde abajo mientras el subía las escaleras con apuro, ella lo había visto entrar al baño y casi lloraba ahí mismo al pensar en lo que pudo haber ido a hacer. Vio como había salido por su propia cuenta de la papelera, lanzado ahi por los demas estudiantes, mientras ellos se reían de él, con la cabeza abajo, sus ojos sin abandonar el suelo, la cara roja. Sabía que el no lloraría en frente de ellos, aun cuando quisiera y en ese momento, ella solo había querido ir a consolarlo, pero le era imposible, es decir ¿que le diría? no había nada que ella pudiera hacer para animarlo, aun cuando quería.

Los ojos del chico se movían de un lado a otro, estaba parado en el balcón, aquel balcón en el que Annabella lo vio por primera vez y le decidió entregar su corazón, ahora se paraba el, sus ojos rojos, sus mejillas mojadas, estaba aterrado por lo que sea que pensaba hacer, incluso ella podía notarlo desde esa distancia.

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