Todavía soy gris, sin nubes de algodón para adornar el cielo de las mañanas ni estrellas fugaces a las que pedir deseos en las noches. Soy como un circo ambulante que repite su función a cada hora: donde se escupe fuego, se tragan espadas, se mete la cabeza en la boca del león y se enloquece un poco más a cada día.
Sigo estando llena de remiendos, de miedos, de nostalgias y soledades; sigo pareciendo el cachorro ahorcado en la ceiba del patio, con la lengua colgante y la garganta apretada.
No creo en hadas, ni duendes o princesas; tengo espinas donde debería haber rosas y demonios ocultos que saltan al cuello de los visitantes inesperados. Jamás he sido la chica amada y complacida de la historia, ni me hace falta, porque sé mirar a la realidad a los ojos y abofetearle la cara.
Me caigo cuando otros están de pie, sin embargo he aprendido a levantarme cuando todos permanecen en el suelo.
No tengo amigos verdaderos, ni finales felices, en cambio puedo mostrarte qué se esconde más allá de las sombras, donde nadie cree que pueda existir vida, donde los niños callan para no despertar al monstruo que duerme bajo sus camas.
Yo sé vivir en donde muchos han muerto y mis tristezas se hacen eco en pianos y guitarras sin nombre… Yo soy la luz que se tragó las tinieblas y desapareció con ellas.
¿Realidad dices?
Ten cuidado con lo que llamas realidad…
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• Pensamientos Fatigados •
No FicciónPienso, leo y escribo como un torbellino alocado, muchas veces puedo crear mundos e historias increíbles, otras es solo sentarme y plasmar cualquier cosa en el papel. Lo que les ofrezco aquí, es una recopilación de todas las ideas que a veces dan v...