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Mis ojos ardieron cuando entré a la cocina. Había una enorme nube de humo negro cubriendo todo el lugar, mi garganta comenzó a doler y caminé rápidamente hacia la sala alejándome de aquello, ya me era normal despertar y encontrar algo así.

— ¿mamá qué haces? — pregunte cuando la vi salir de manera muy alegre de la cocina

Para la edad de mi madre ella seguía manteniendo un encanto y belleza que yo deseaba tener a su edad, pero me es difícil siquiera imaginar eso.

— cariño, solo estoy probando algunas recetas nuevas — limpió sus manos en su delantal que tenía una mancha verde que no se veía nada bien

— Ahora tendré que comprar algo antes de llegar a la universidad — suspiré, apreciaba mucho mi vida como para siquiera entrar a la cocina de nuevo

— Creí que ya no ibas a ir — levantó una ceja en mi dirección

— Solo tengo que ir a recoger los resultados de un par de pruebas y será todo

Yo también estaba molesta de tener que ir pero después de hoy comenzaban para mi oficialmente las vacaciones de verano.

— Trata de llegar pronto Kanae , necesito que me ayudes con algunas cosas

— Trataré

Camine de nuevo a mi habitación para terminar de vestirme, me quedaba mucho tiempo antes de irme.

Pensé en comenzar a preparar mis maletas, aun tenía mucho que empacar. Gracias al cielo había conseguido que mi madre me dejara ir con unas amigas a un viaje a la playa las primeras semanas de vacaciones, al principio no estaba muy segura de eso a mis casi veintiún años mi madre me protegía más de lo que aveces me gustaría pero no la culpo, soy su única hija y la vida en la que estamos metidas no es nada fácil, mucho menos cuando tienes que tratar con criaturas peligrosas todo el tiempo.

Los mitos surgen a partir de una verdad o una mentira, pero en mi caso, los licántropos eran una de mis realidades al igual que otras criaturas de " fantasía " lo sabía bastante bien. Desde pequeña he visto como mi madre va a diversos lugares visitando a todo tipo de criaturas que necesitan su ayuda, y es que el ser hija de una " bruja " no es tan fácil. Mi madre tenía más años de los que podía decir pero lleva gran parte de su vida enseñándome diferentes maneras de curar heridas de todo tipo, heridas ocasionadas por lanzas, por dagas, por mordidas de vampiros y muchas cosas más. Ese mundo es al que mi madre pertenecía pero yo quería mantenerme lo más alejado de el, ademas de no ser parte de ese mundo, mi madre tiene cierta clase de talentos con los que nació y desgraciadamente yo no tengo ninguno por una simple y sencilla razón; no soy su hija biológica.

— ¿no te habías ido ya? — la voz de mi mamá me sobresalto, estaba parada frente a la puerta de mi habitación

— Mierda — me levante rápidamente y como pude tomé mi mochila y mi teléfono para después salir casi corriendo

— No digas malas palabras — escuché a mi mamá gritar mientras bajaba las escaleras dejándola atrás
— enserio no tardes mucho en volver a casa, la familia Kim nos estará esperando

Lo último fue como un susurro para mi debido a que ya estaba fuera de la casa, " la familia kim " , pensé recordando todo lo que sabía de aquella familia y por suerte la universidad me quedaba a pie así que tenía tiempo de recopilar toda la información que tenía sobre ellos; eran los líderes de las manadas que habitaban en todo Corea del Sur, nunca los había visto pero mi madre si , ya que trabajaba de cerca con su manada que en su mayoría habitada en Daegu.

Mi vida no era algo tan interesante, trataba de mantenerme lo más " normal "posible, no me interesaba el mundo de seres fantásticos y míticos, prefería mi mundo, donde no tener ninguna habilidad como transformarte en lobo o beber sangre no tenía nada de malo.