63 - DESCUBRIENDO

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La bola de magia negra cada vez es más grande. Me da la impresión de que me va a engullir en cualquier momento y me siento incapaz de reaccionar. Creo que éste es mi final. Por lo menos, he hecho las paces con Drogo y con mis hijos. Es lo único que me consuela y me ayuda a morir en paz.

De repente siento algo brotar de mi estómago. Es un haz de luz blanca y cada vez se va haciendo más grande. ¿Es... mi bebé?

Observo atónita como el haz de luz va creciendo y haciendo retroceder la bola de magia negra. Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro mientras una lágrima se me escapa. Nuevamente mis bebés están salvándome la vida.

—Pero, ¿qué...?

El haz de luz engulle la bola de magia negra y, al llegar a la altura de mi madre, un gran resplandor se produce. Ésta cae al suelo y veo cómo de su cuerpo empieza a emerger una gran llama negra. La observo intrigada. ¿Qué narices será eso? Parece un alma, pero desprende una energía demasiado negativa.

De repente la llama se lanza hacia mí a toda velocidad. Sin darme cuenta, levanto el brazo y empuño la espada clavándola en ésta y provocando que se desintegre por completo.

Dejo caer el brazo y un suspiro de alivio se me escapa. Menos mal que tengo la espada si no, no sé qué habría sido de mí.

—Cris...

Me vuelvo al escuchar mi nombre y me encuentro con el espíritu de mi madre flotando sobre su cuerpo sin vida. Me impresiona esa imagen. En estos momentos desprende tanta luz.

—Mamá, ¿eres tú?

Ella asiento con una dulce sonrisa y yo le correspondo. Por fin soy capaz de reconocer a mi madre, a la que me crió y me educó y me ayudó a ser quien soy.

—No sabes lo mucho que te agradezco que me hayas liberado —me dice —. Hades poseyó mi cuerpo e implantó en él el alma negra que acabas de destruir. Ahora, por fin, podré descansar en paz. Y todo gracias a ti, hija mía. A ti y al maravilloso ser que anida en tu vientre.

Sonrío enternecida mientras acaricio mi barriguita. Tiene razón. No sé qué saldrá de aquí, pero de una cosa estoy segura. Va a ser un auténtico ser de luz.

—Me alegra haberte sido de ayuda —contesto conmovida —. Pero lamento mucho que para eso hayas tenido que morir.

—No digas eso. Hace mucho que llegó mi momento. Y, la verdad, me molestaba ser una marioneta del mal. Ahora, por fin, te podré ser de ayuda de verdad. Escucha lo que te tengo que decir porque es muy importante. —Asiento completamente atenta. —Hades nos engañó a todos. El códice es una gran mentira. Él lo manipuló en su propio beneficio, por lo que debéis olvidar todo lo que leísteis en él.

Le observo asombrada. ¿Habla en serio? Se supone que todo nuestro destino gira en torno a ese libro y, si éste es una manipulación, ¿qué demonios estamos haciendo?

—Entiendo cómo te sientes —me indica con una gran sonrisa —, pero eso no debe detenerte, hija mía. Lo único cierto que ese libro contenía era que podéis terminar con él, pero no debéis seguir sus consejos sino vuestro propio instinto.

—¿Y todo lo que hemos pasado hasta ahora y que venía en el libro?

—Eran pruebas que Hades puso en vuestro camino. Quería comprobar hasta que punto llegaba vuestro poder y no le decepcionasteis en absoluto, sobre todo cuando fuisteis capaces de acabar con Caos. Eso le acabó de convencer de que había llegado el momento. Por eso te hizo ir a Europa, a la fuente de la magia negra. Quería preparar a Fiona para que fuera capaz de ser su pareja.

Siento una mezcla de asco y estupor a partes iguales. ¿Ese desgraciado pretendía convertir a mi hija en su reina y que fuera su pareja? ¿Y para eso iba a usar el cuerpo de mi padre? ¿Pero cómo puede ser tan retorcido?

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora