Torre

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Ruben yacía recostado en su cama. Era ya tarde, y mañana tenía que despertar temprano y con ánimos, listo para hacer llamarse rey. La verdad es que aun no había arreglado sus cosas, o practicado lo que debía de hacer mañana, era solo que habían pasado tantas cosas para el en tan poco tiempo.
No le parecía que fuera un gran cambio ser nombrado rey. Seguiría reinando igual, seguiría usando lo mismo, seguiría hablando de la misma manera, seguiría viviendo igual, y así mismo sus hijos... ¿Hijos? Claro, tendría que dejar alguna descendencia, ya que en caso contrario, mandaría Charles, que, aunque le costará admitirlo, Charles no iba a durar mucho tiempo en este mundo.
Aunque... tenía a esa chica que acababa de conocer, Jeanine. Aunque el no creía sentir nada por ella, según Charles, su padre tampoco había sentido nada por su madre, pero era necesario seguir con la descendencia real.
Debería estar durmiendo, pero todos esos pensamientos no abandonaban su cabeza y no podía lograrlo. Después de un buen rato cerro los ojos, pensando que eso funcionaría. A Ruben no le gustaba dormir viendo hacia afuera de la cama desde que su madre murió, ya que tenía pesadillas en las que caía y caía y jamas tocaba fondo. Así que siempre dormía mirando hacia el centro de la cama.
Escucho un ruido. No se molesto en abrir los ojos, pudo haber sido cualquier simple e insignificante cosa, mas fue totalmente lo contrario. A veces pasa-o al menos solo con el príncipe-que al entrar al mundo del sueño sientas que vas cayendo y cayendo lenta muy lentamente, y llega un punto en el que estas en el limite de estar despierto y dormido. Al llegar a ese punto, Ruben sintió algo es su cama, como si algo se estuviera recostando a su lado, pero al estar en ese limite no podía moverse. Quería abrir los ojos o la boca para gritar o hacer algo.
No sabía cuanto tiempo llevaba así: en pánico total con un bulto a su lado; pero entonces algo lo hizo despertar de ese estado en el que se encontraba, algo dulce. Sintió unos labios juntarse con los suyos, creando así, un beso. Pero eran esos besos, que aunque hayan durado tres segundos, se siente que duran toda la vida y mas. Asi fue como Ruben pudo abrir los ojos y ver a la otra persona. "No puede ser cierto" pensó al hacerlo, ya que la otra persona, era el chico de la ventana.
Al percatarse el otro de que el príncipe había abierto los ojos, se separó lo mas rápido que pudo y al intentar bajar de la cama, Ruben le sujeto el brazo, impidiendo su huida. Entonces hicieron contacto visual, ambos agitados y asustados. Se mantuvieron la mirada por un largo rato, Ruben no sabía que hacer. Fue el otro el que habló.
- Por favor... No llames a lo guardiah -
La lengua de Ruben pareció soltarse por fin y se dio cuenta de era la primera persona que no lo estaba tuteando. Se sentía bien.
- Eres tu - dijo simplemente
Lo observo mejor, llevaba las mismas ropas que la ultima vez que lo vio, se veía exactamente igual. Pero esta vez, algo saltó dentro de el. "¿Acaso... acaso estoy..."
- Si, soy yo - "...enamorado?"
- No los llamare. Yo... -
- Perdona por ya lo sabes... el b... - ahí el otro chico fue interrumpido por lo mismo de lo que se estaba disculpando: Otro beso pero dado esta vez por el príncipe. Esta vez nadie se separo por un buen rato. "¡¿Que diablos estoy haciendo?!" Pensaba Ruben, pero se sentía bien. Si, besar a un hombre se sentía bien, pero ¿Era legal? ¿Era permitido? Jamas había pasado nada parecido asi que nunca hubo leyes sobre eso. Pero lo que mas se preguntaba era ¿Era esto lo que realmente quería? Su propio cuerpo le respondió haciéndole sentir muchas cosas que simplemente no se podía explicar. Es de esas cosas que hasta que lo vives, lo sientes. El estaba enamorado.
Ambos se separaron.
Silencio
- Soy Miguel Angel - dijo el otro. "Miguel Angel" pensaba, "en otros casos, seria un nombre común pero... Este si es el nombre de un angel" En este punto ambos estaban sentados en la cama. Ruben sostenía las sabanas pegadas a su cuerpo para no dejar ver a Miguel Angel.
- Y tu... tu ereh Rubiuh - dijo también. "Espera ¿Rubius?"
- No, mi nombre es Ruben - entonces ambos se miraron y soltaron unas risas. Ruben recordó donde estaban y se callo. Al parecer Miguel lo entendió y se callo también.
- Perdona, eh que no me intereso mucho en eso -
- Me has besado sin saber mi nombre -
- No lo necesitaba -
Se hizo un silencio corto.
- ¿Me amas? -
La cara del otro entonces se puso muy roja. Desvío la mirada hacia la ventana por la que había entrado.
- Cuando te vi... en esa ventana gritándome y... Solo... mirándome... si, te amo, no se como lo se pero lo hago -
- Yo también lo hago, Miguel Angel -
- Mangel - dijo el otro - dime Mangel
Ruben sonrió
- Y tu dime Rubius - ambos rieron.
Después de un rato, Mangel le contó porque robaba y donde vivía. Al terminar se hizo un silencio incomodo para ambos.
- Entonces... tu padre... - empezó Ruben
- Yo lo siento, de verdah que siento lo que paso -
- Pero tu no lo has hecho no pasa nada -
Miguel miraba hacia abajo.
- Lo se pero... la gente no entiende eso -
Otro silencio se hizo presente.
- Cierra los ojos -
- ¿Que? - contesto Mangel
- Que los cierres -
Mangel cerro los ojos con cara de confusión.
Entonces Ruben se paro de la cama y ya que estaba desnudo, le había hecho cerrar los ojos. Fue hacia un mueble que estaba a lado de su cama y tomó un tazón donde había frutas de todas las variedades. Regreso a la cama.
- Abrelos - dijo
Al abrirlos, en los ojos de Mangel vio una chispa de felicidad muy pequeña e instantánea, luego regreso a la normalidad.
- ¿Que eh esto? -
- Tu comida -
- Pero ¿Que ehtas diciendo? -
- Te lo regalo, es tuyo, solo si no vuelves a robar o al menos en un periodo de tiempo -
- Yo... - la dicha de sus ojos, para Ruben, no se podía describir en palabras - Muchah graciah -
Se sonrieron mutuamente.
Ruben no sabe que paso entonces. No sabe que los llevo a eso, pero paso que iban a dormir juntos. Ruben no quería que pasara algo "serio" al pedirle eso, solo quería dormir, cerrar los ojos junto a ese amante suyo que de repente conoció.
Se recostaron y Ruben sintió como su cara se enrojecía. Se tomaron de las manos. Ambos miraban al techo.
- Tendrás que irte ¿cierto? -
- Anteh del amanecer -
Ruben apretó mas sus manos
- ¿Te volveré a ver? - dijo y lo miró. Estaba sonriendo con los ojos cerrados.
- Anteh del anochecer -
Ruben lo besó y vio rápidamente como Mangel abría los ojos con sorpresa. Después de esto, se durmieron.

Al despertar el príncipe, ya no había nadie a su lado. "Quizá fue un sueño" pensó, pero al tocarse los labios sabía-o quería creer- que había sido real.
Entonces Charles entró a la habitación.
- Vaya, vaya ya esta usted despierto -
- Si que lo estoy Charles -
- Y veo también que por fin decidió comerse la fruta -
Ruben volteo lo mas rápido que pudo hacia donde estaba el tazón, pero ya no estaba mas. Había sido real. Sonrió mientras se tocaba de nuevo los labios.
- ¿Listo esta para volverse rey, señor? -
Era cierto, su coronación era hoy en unas pocas horas.
- Lo estoy Charles, lo estoy -

Prohibido (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora