Parte 1 Sin Título

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El atardecer había llegado en el primer día de expedición fuera de los muros, la niebla y el frío creaba una atmósfera tenebrosa, realmente parecía que la muerte viajaba en su caballo entre los cadetes menos experimentados. La lúgubre luna a penas y dejaba ver rayos de luz entre las oscuras nubes que insistian en oscurecer el lugar, obligando a todos a acampar entre los enormes árboles.

- Erwin, ya todos están en sus lugares, dejé a dos de cada lado para que nos avisen de cualquier intruso.

- Gracias Levi, ahora solo nos queda analizar el mapa y ver que tan cerca estamos del castillo. 

- ¿Es necesario que me quede o puedes hacerlo solo?

- Quédate, si algo sucede serás mis ojos.

Observando un mapa que marcaba el camino directo al castillo, aunque en su interior el comandante sentía la necesidad de partir solo, la noche era perfecta para que un soldado pudiera vagar por los bosques o quizás a campo abierto, por lo que en silencio y decidido escondió sus planes en su mente para poder partir sin ser vigilado o seguido.

- Nos tomará media hora para llegar, pero la niebla es muy pesada y es probable que muchos pierdan el sentido.

- . . . 

- Levi, iré a afuera, no podré descansar así que tomaré el puesto de guardia. 

- No es necesario, puedes dejar a alguien más.

- No, iré yo.

- Como quieras, iré a recostarme.

El rubio tomó entonces su equipo tridimensional para partir hasta su supuesto lugar de trabajo, aunque realmente nunca llegó a este, echó una mirada atrás, sintiendo los ojos de alguien mas seguir sus pasos, pero sabía perfectamente de quién se trataba.

Así entonces se fue en búsqueda de su camino, perdiéndose en la niebla espesa que prometía muerte a quien se atreviera a desafiarla. Le tomó como una hora llegar, realmente era difícil manejar los puntos cardinales cuando las nubes cubrían las estrellas, pero no era razón suficiente para no aventurarse y ahorrar tiempo. 

La helada noche se hacía cada vez peor, sentía como pequeñas cuchillas cortar su rostro por el viento helado, sus manos perdían movilidad y sus piernas ya no se sostenían con la misma fuerza, no era sensato volver con este clima, más aún si existía la posibilidad de perderse al volver al campamento. 

- Tendré que dormir aquí, al menos podré cubrirme del viento. 

Dijo mientras veía las torres del castillo ser iluminadas por la poca luz lunar, caminó hacía la entrada, tuvo que derribar la puerta de una patada, así que a penas pudo retirar los escombros de esta se metió para poder abrigarse, con los mismos leños hizo una fogata para calentar el ambiente. De pronto pudo oír pasos acercarse por el mismo lugar que el entró, sonrió y se quedó observando la fogata despreocupado.

- Te tomó mucho tiempo entrar, pensé que te quedarías vigilando desde afuera. 

- ¿Y perderme  tu fiesta?

- ¿Tienes frío? pareces helado. 

- Algo, afuera parece que la muerte nos rodea.

- Mh, la muerte siempre viene con nosotros. 

- Tengo algo de vino y pan, te ayudará a calentarte por dentro. 

- ¿No tienes té?

- Pensé que era una fiesta.

- Tks, odio esa mierda cuando estamos afuera. 

- Deja las quejas y bebe. 

El azabache tomó la petaca y le dio un sorbo, creando una mueca de asco mientras el líquido carmesí bajaba por su garganta, dejando estragos ásperos por el amargo sabor. 

Erwin x LeviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora