único

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La noche era joven, grupos de chicas y chicos salían a divertirse en diversos antros. Tomar, bailar y los más probable terminar teniendo sexo eran los planes de mucho.

Pero no para Win.

No sabía como había terminado en aquella situación, no supo en qué momento Off y Gun lo habían convencido de salir prometiendole que regresarían temprano. Aunque sabía que sus amigos mentían, aceptó salir, pues como decían una vez al año no le hacía daño, divertirse sanamente tampoco así que mientras él veía a sus dos amigos tener sexo indiscreto en los asientos del lugar privado que reservaron, bebía una de las cervezas que se habían dispuesto a comprar.

Veía a todos bailar, pero por alguna razón no le llamaba la atención hacerlo, no quería que nadie lo sacara a la pista porque para eso no salió. Quiso divertirse con sus dos amigos pero si hubiera sabido que terminaría en esas condiciones, no se hubiera molestado ni siquiera en levantarse de su cama.

Pero así como pensó en evitar bailar con alguien, un joven castaño se acercó a él, muy animado para su gusto.

—Hola. —Saludó el desconocido mientras se sentaba a su lado.

—¿Qué hay? —Contestó sin mucho ánimos.

—Verás, desde que he llegado no puedo dejar de verte, eres muy lindo, así que pensé que podríamos bailar un rato. ¿Qué opinas?

Win sacó a relucir su sonrisa más hipócrita ante éste, preparando lo siguiente.

—Lo siento...

—Type.

—Type, me temo que por ahora no quiero bailar con nadie.

—Pero... —

Win lo observó molesto, e hizo un ademán con sus manos invitándolo cordialmente a irse lo más cercano a la mierda.

Minutos después de tomar otras dos cervezas un segundo chico llegó, más atrevido que el primero. Se sentó a su lado y puso una mano en una de sus piernas para acercarse y hablarle en el oído.

—Hola guapo. —guiñó un ojo y propasando el espacio personal, carraspeó— Qué te parece si vamos a bailar, puedo ver que estás muy solo así que...

—Por Dios ni siquiera sé tu nombre. —se burló quitando la mano con brusquedad de su pierna.

—Tay, para los futuros ligues, guapo, y Tay también por si quieres ser mi novio. —sonrió confiado— ¡Y si es necesario incluso te diría mi tipo de sangre! Vamos, solo una canción y si después decides bailar otro rato más, pues lo hacemos.

— ¿Acaso no es lo mismo, imbécil? Piérdete, sé cuales son tus intenciones, cerdo degenerado.

El desconocido río indignado, ofendido de cómo le habló, pues vaya, sólo quería bailar con un chico bonito, no es como fuese a abusar de éste. Finalmente el tal Tay para todos (porque era la misma estupidez), se retiró murmurando un "hijo de puta".

El chico que bailó con el diablo [ BrightWin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora