Nataniel; El mismo Auto

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Salí del aula al paqueadero, antes de llegar veo a una muchacha, caminaba muy rápido, en verdad rápido, se parecía mucho a mi cuando
intentaba evadir explicaciones a mis padres y también alejarme desesperadamente de mis amigos, para encerrar me en mi mundo.

La seguí con la mirada, estaba bastante delgada, tez blanca, cabello negro recogido en una coleta alta, de estatura como de 1,60, no vi mucho su rostro, me preguntaba, ¿hacia donde iba? aunque sé que eso no es de mi incumbencia.

Seguí mi camino hasta mi auto, quería llegar rápido a casa, tenía muchísima hambre, llegue a mi auto rápidamente, lo encendí y lo puse en marcha, en la salida había un auto gris enfrente, no
quise sonar la bocina tal vez la persona dentro estaba buscando algo, así que decidí esperar con
paciencia.

Al minuto el auto salio y al poco rato ya estaba en la carretera.
Para llegar a casa me tomaba algo de tiempo, así que me percate si había algún
restaurante cerca.

Vi un McDonald, así que decidí hacer un pare, mirando al frente me doy cuenta que...

Es el mismo auto de la salida en el instituto, me siento como el malo en una película de espías, me quedo pensando en ello, hasta que la bocina del auto de atras me trae de vuelta del mundo de los conejos.
Llega mi turno y ordeno un combo de hamburguesa y papa.

Mientras conduzco a casa, llega a mi mente esa chica y es extraño, no es que no me interese en
ellas, pero no tengo muchas amigas, no soy una persona antisocial, pero si soy selectivo, a veces soy algo grosero y coloco una cara de pocos amigos, pero hay que mantener la postura.

mostrar autoridad y firmeza, así nadie abusara de ti, es lo que mi padre siempre me dijo, cuando me hacían sentir menos.

Ellos estuvieron en mis peores momentos, cuando pensé que no podría seguir vivo, me di cuenta quien eran realmente mis amigos, tambien me di cuenta que habian personas que nunca imagine que yo les importaba, pero les importaba más, que aquellos que decían que me querían.

Casi siempre el mundo es cruel, y es difícil no dejarse pisotear, pero creo que cuando unos brazos se extienden para ayudarte, la crueldad ya no es un rival.

No sabes cuando la vida
llegara a su final, pero es mejor vivirla que desperdiciar la oportunidad.

No me gusta perder el tiempo en amistades que no me llevan a nada, ni en actividades que no
aporten a mi integridad y felicidad, pocas personas comprenden eso.

sé que cada quien es libre de
hacer lo que quiera, pero no haría nada que dañara mi vida, es muy valiosa, más cuando has acariciando la muerte.

POR UN FINAL FELIZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora