Capítulo único.

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Se preguntaba por qué seguía allí siendo que el moreno estaba dormido. Sí, se durmió antes de la sesión de estudios dónde Julius le ayudaría a comprender matemáticas. Encima tenía la chaqueta del peligris encima, cosa que lo hacía lucir más pequeño de lo que ya era. Lo más perturbador era que se sentía jodidamente tranquilo junto al de rizos, y no era la primera vez, siempre encontraba esa paz que le faltaba en su vida junto a el.

Observó cada pequeño detalle del rostro de Darwin, sus ojos cerrados, sus mejillas regordetas, y sus labios, intensamente rojos, tan... Apetecibles.

“¡Maldita sea, Julius! ¡No pienses en eso!” se regañó mentalmente.

Podía ver cómo algunos mechones de su cabello caían sobre su cara. Su pelo era desordenado, como si nunca se peinara.

Con sus manos acomodó el pelo del menor y lo observó.

“Es lindo...” A pesar de que negara sus sentimientos, no era ciego como para reconocer cuando una persona era linda y cuando no lo era. Y Darwin era uno de los chicos más lindos que había visto. Un sonrojo molesto apareció en sus mejillas, intentando ignorarlo.

Se levantó bruscamente, despertando a Darwin. De todas maneras ya había resuelto todos los ejercicios de matemáticas dejando el desarrollo de manera explicativa en ellos.

—¿Ah? ¿Julius?— despertó somnoliento, observando al peligris. —¡L-Lo lamento! Me dormí, ¡Perdón en serio! Te prometo que mañana te traeré algo para--

—Cómo sea, pez.— Darwin no entendía el por qué de ese apodo, Julius siempre decía que le recordaba a un pez con su sudadera. —Yo me largo. Solo me quedé contigo para que no te encerraran en la biblioteca. Devuélveme la chaqueta mañana.— caminó a la salida y se fue, dejando a un recién despierto Darwin.

“Mierda, y pensar que lo pendejo lo hago de gratis” pensó, enojado mientras caminaba a la salida.

Después de que Darwin quedara solo en ese salón, notó que la chaqueta de Julius colgaba de sus hombros. La tomó entre sus manos y la acercó a su rostro para oler la fragancia del mayor; después de notar lo que había hecho, sus mejillas se inundaron de rojo, si alguien lo hubiera visto pensaría que era un stalker.

Tomó sus cosas y notó el libro de matemáticas y unas hojas con el desarrollo explicado, lo cual lo hizo sonreír y sentirse mal por haberse quedado dormido. Ordenó todo en su mochila, y salió del lugar cerrando la puerta tras el.

Intentó llegar rápido a su casa, pero antes pasó a una tienda a comprar algunos ingredientes, le pediría a su madre ayuda para cocinar y así darle comida a Julius al siguiente día para compensarle el ayudarle, y no irse mientras estaba dormido.

Sleepy ┊BOMBWINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora