CAPÍTULO 1

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Capítulo 1: El inicio de todo.

El mundo repleto era un caos, la orden del fénix había dejado de existir en cuanto distintos miembros vieron imposible cambiar el presente. Muchos magos dejaron de creer en el gran Albus Dumbledore y en el elegido cuando Voldemort había ganado, creyeron que la profecía que se recorría por el mundo había sido una mentira para intentar mantenerlos calmados, para darles una esperanza de un futuro distinto.

Actualmente Hogwarts en lugar de ser un tranquilo lugar de estudio sobre la magia y además de un hogar, ahora era un castillo donde muchos profesores (seguidores de Voldemort) se encargaban de entrenarlos para lo que en un futuro serían, mortífagos. Aún existían otras carreras mágicas, pero la mayoría de ellas funcionaban para dicho mago tenebroso, así que te terminabas convirtiendo en uno de ellos.

Y el trío de oro odiaba eso, o al menos lo poco que quedaba de el. Ron Weasley había dejado de formar parte de dicho grupo cuando la pequeña de su hermana, había muerto a manos de un mortífago. Todo sucedió cuando estaban en una misión en donde miembros de la orden, intentaban deshacerse de varios de aquellos que hacían del mundo una completa oscuridad. Una falla total donde Ron, y algunos de su familia, dejaron de luchar y se entregaron a lo que era la vida ahora.

Mientras tanto Harry, Hermione y otros miembros del antiguo ED seguían estudiando lo que el castillo les ofrecía y además, por cuenta propia estudiaban materias que Hogwarts ya no les impartía.
Muchos libros de la biblioteca habían sido quemados ya que iban en contra de las creencias que ahora se tenían, pero Madame Pince se encargó de salvar algunos y ahora eran utilizados por ellos.

Era primero de mayo de 1999, casi un año de la segunda guerra mágica y el incompleto trío de oro se encontraba en la biblioteca leyendo algunos libros, como lo hacían diariamente. Esta era una forma de escapar de una realidad en donde eran vigilados constantemente y además de que era les resultaba relajante.

—Hermione—habló Harry interrumpiendo su lectura.
—Mmm—es lo único que murmuró siguiendo sumergida en el libro.
—Quiero ir al cementerio que está en el Valle de Godric.

Eso fue más suficiente para captar la atención de la castaña.
Muchos recuerdos le venían a la mente de lo ocurrido el año pasado, vísperas de navidad, una casa, una anciana y por último una serpiente.

Sacudió su cabeza.

—Imposible, sabes muy bien que ese lugar ahora está lleno de mortífagos, es imposible ir ahí sin enfrentarnos a interrogatorios.
—Pero mione, es normal querer ir a visitar la tumba de nuestros amigos, de mis padres.
—Lo sé Harry, pero tengo miedo, se que saldríamos vivos de ahí pero los recuerdos me siguen a todos lados, tengo miedo por ti, eres lo único que me queda.

Harry se quedó callado ante eso.
Hermione sabía que lo que menos quería Harry era hacerla sentir mal, de revivir lo que se habían esforzado por superar y olvidar, y por lo mismo, iba a dejar de insistir, pero ella sabía lo mucho que significaba ese lugar para él.
En ese lugar habían decidido enterrar a muchas de sus personas queridas; Sirius, Remus, Tonks, Ginny, Fred, Luna, James, Lily y más yacían descansando en ese lugar y justamente el día de mañana, se cumplía un año de la guerra más aterradora que había podido existir. Una guerra de la cuál, Harry se sentía culpable de no poder ganar. Misma razón por la que le resultaba necesario ir a visitar a sus viejos seres queridos y Hermione no se opondría a eso.

—Bien, vayamos aunque sea por solo un momento, nos han hecho muchas preguntas a lo largo de nuestra vida, creo que unas más no nos harán daño—Hermione le sonrío.

El joven de grandes gafas le correspondió la sonrisa.

—Gracias, Hermione. De verdad.

Y así, ambos siguieron su tarde después de clase, leyendo y en ocasiones hablando entre ellos. Para después más noche, dirigirse al habitual banquete del gran comedor y así, finalizar su día.

Eso resultaba ser su casi rutina diaria, ya que en otros días, el dúo se dedicaba a estar con el resto de las personas que deseaban aprender mucho más de lo que les obligaban, personas que no se rendían ante lo que era el día de hoy.

[...]

En la oficina del anterior director, Albus Dumbledore, se encontraba el ahora actual director, Severus Snape.

Pensativo y confundido se podría describir su estado actual.
Había encontrado en un rincón del cajón del escritorio un pequeño frasco que contenía una memoria, pero no cualquier memoria. Era del propio Albus.
Y lo que había visto en ella lo confundió de tal manera que pasó el día entero buscando algo más que le pudiera aclarar lo que el viejo quería en realidad.

Y es que en esa memoria, se encontraba lo que el antiguo director creía que era la salvación del mundo mágico.

Una nueva profecía.
Una profecia que hablaba de lo que era hoy y el como se lograría cambiar esto.

Voldemort vencedor, caos, violencia, torturas, muertes, viaje en el tiempo, Voldemort derrotado en la primera guerra mágica, un mundo mágico digno de vivir era lo que resumía parte de la profecía que Albus en la memoria escuchó decir a la profesora Trawnley. Pero eso no era todo, en dicha memoria también se encontraba el plan que Albus detalló por mucho tiempo para llevar a cabo la profecía.

"Lo que hoy es tu presente, mañana no
existirá, el enemigo vencerá y el mundo entero
colapsará. Lo que evitaste tarde o temprano pasará. No hay marcha atrás, el destino ya está fijado, es turno de nuestros viajeros, aquellos que fallaron su misión, de cambiarlo. La sangre rechazada y el igual deberán derrotar al señor tenebroso en el tiempo atrás."

—¿Qué significa esto, Dumbledore?—murmuró en voz baja para si mismo—ni muerto me puedes dejas en paz.

Suspiró.

La memoria dejaba en claro lo que el viejo deseaba.

El joven Potter y su amiga de sangre muggle, debían dar un viaje años atrás con ayuda de un hechizo y un giratiempo que el anciano, había pasado perfeccionando un largo tiempo antes de morir.
Todo con tal de cambiar el presente.
La idea se le hacía imposible, pero al mismo tiempo, estaba harto de vivir así. Realmente era un infierno tener que soportar seguir órdenes que en ocasiones, le resultaban terribles. Él se había rendido con la vida hace mucho tiempo, pero no por eso creía que otros debían sufrir sin haber vivido como deberían.

Así que lo decidió, si funcionaba o no poco le importaba, al fin y al cabo, era tan solo una oportunidad y no perdía nada por intentarlo una vez más.

Y así, Severus Snape, buscó los objetos que el viejo dejó, perfeccionó el plan en el que su antiguo amigo dedicó parte de su esfuerzo y al final, justo en el aniversario de la antigua guerra, lo llevó a cabo.



Sinceramente estoy emocionada por escribir este fanfic y aunque una parte de mi tiene miedo de querer dejarlo de lado debido al temor de tener un bloqueo en mis ideas o por el mero hecho de sentirlo insuficiente, estoy dispuesta a intentarlo ya que en esta cuarentena me parece una manera muy divertida de pasar el tiempo. Sin dar más vueltas al asunto, deseo que la historia sea un poco de su agrado. ^^
Mae Ri

Hermione Granger, la merodeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora