Las Locuras De La Batifamilia

Dick Grayson la salvación.

Bruce Wayne multimillonario,favorito de muchos y odiado por pocos, famoso y exitoso empresario de día, pero héroe y murciélago por la noche.
Si, ese era Bruce Wayne, pero también Bruce Wayne era el tipo que se proponia a tomar el teléfono hacia ya 10 minutos y en estos momentos con extrema lentitud, temblando y sudando, se acercaba a éste como si de enfrentar a su mayor enemigo se tratará ...
-Amo Bruce-Excalmó Alfred exasperado, mientras lavaba los platos -Desde aquí puedo verlo sudar. ¿Puede hacer el favor de tomar ese teléfono? No es como si lo fuera a morder señor-
Eso fue suficiente para sacar a Bruce de sus pensamientos.
-¿Sabes Alfred? No necesito ayuda, después de todo soy Batman, es obvio que puedo con dos...- Sus palabras se vieron interrumpidas por el sonido de cristal rompiéndose.
-Y ahí va el jarrón con las cenizas de su tataratataraabuelito- Exclamo Alfred con aspecto derrotado.
-Bueno si pero...- Se excusó Bruce
-No empiece señor- Regañó Alfred -Tome ese teléfono, llame al amo Richard y digale que necesita ayuda para controlar a sus hijos.-
-Pero...-Comenzó Bruce.
-Nada de peros, por si no lo sabe yo ya me estoy volviendo viejo para cuidar a otra generación de rebeldes niños Wayne. Además...-Alfred sonrió al notar que el orgullo de Bruce le impedía pedir ayuda -No esta mal pedir apoyo cuando lo necesite.-
Bruce suspiró y asintió, era imposible ganar una batalla contra él, lo sabia por experiencia, así que tomó el teléfono y llamó.
-¿Hola? ¡Hola Bruce!-El hombre sonrió al oír la voz de su primer hijo
-Hola Dick-
-¿Pasa algo? ¿Esta todo bien?-
-Emm..Si, si está todo bien...en realidad te llamaba para saber si...- Bruce titubeó - Si tenias algún plan para estas vacaciones.- Con estas palabras su confianza volvió, ya no había marcha atras.
-¿Para las vacaciones? No, la verdad es que pensaba pasearme por ciudad Gotica un rato ya que estoy aquí, encontrar una cita, relajarme, ya sabes nada importante y tal vez pasar a saludarte a ti y a los chicos, hablando de eso ¿Cómo están Alfred, Dami y Timmy?-
Al fondo se escucho el coro de gritos y algo quebrarse.Dick rió.
-No, no respondas ya los escuche-
-Er...Si.Mira Dick, bueno la verdad estaba pensando en que si, tal vez sino tenías otro plan, podrías venir a la mansión y pasar un poco del verano con nosotros.
-¿Hablas en serio?-
-Si, claro, después de todo tienes un cuarto aquí, y no sé, tal vez puedas ayudarme un poco con los chicos.-
Dick rió emocionado.
-Osea...¿Pasar las vacaciones en familia?-
-Pues..Algo así-Murmuró Bruce
-¡Claro! No pensé que me lo pedirías y oye ¿Sabes a quién le encantaría pasar tiempo en familia? A Jason.-
-¿A Jason?-
-Eh..si ya sabes, tu segundo hijo.-
Bruce rodó los ojos. -Obviamente recuerdo a Jason-
-Bien ¿Por que no lo invitas? Tanto a él como a los chicos les haría bien pasar tiempo entre hermanos.
-Lo invitaría si quisiera recibir un tiro en la cabeza.Siempre que nos vemos terminamos mal ¿Recuerdas?-
-Y siempre se perdonan, ¿Qué dices?-
Esto había pasado demasiado deprisa y sin ser previsto, sin embargo Bruce sonrió ante la perspectiva de tener a sus cuatro hijos juntos en la mansión.
-Bien, pero dudo que quiera venir por las buenas ¿Crees que debería sedarlo y traerlo?- <<Las viejas costumbres jamas se olbvidan>>
-¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no! Tu solo dejame a Jaybird a mi- Exclamó Dick.
-Quiero ir por Jason contigo-
Dick dudó, tal vez si Bruce iba con él a Jason le daría por sacar a la luz su ya tan conocida rebeldia. Sin embargo accedió... Bruce quería hacer algo para juntar a la familia y eso le gustaba.
- Está bien, pero iremos por Jay como Bruce y Dick, nada de Batman y Nightwing.-
Bruce frunsió el ceño.
-No, con Jason nunca se sabe si amaneció con el pie izquierdo o derecho, vamos a ir bien equipados. Mañana por la noche me encontraré con Nightwing por el rumbo que frecuenta Red Hood. Ve preparado. Adiós Dick.-
Entonces colgó.
-¿Cómo le fue con el joven Richard, señor?- Preguntó Alfred.
-De maravilla, nos pusimos de acuerdo al 100%-
...
En su departamento Dick movía su cabeza negatoriamente con una sonrisa. Bruce era terco como él solo.