Capítulo I

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Tanjiro observaba fijamente a Zenitsu, centrando su mirada en el dango que aquel rubio estaba comiendo con tantas ganas. Caminaban juntos, siendo él mismo quien iba un par de pasos más adelante, haciendo de repente sus pasos algo más lentos para que el mayor pudiera adelantarse un poco más.

Intentaba estar cerca suyo todo lo que podía, incluso trataba de tomar con su meñique, alguno de los dedos del chico que quizás podría alcanzar, siendo apartados muy pocos después. Zenitsu iba con la cabeza, la mayoría del tiempo, mirando al suelo, un tanto avergonzado, por las acciones del menor.

Hace un tiempo...

Tanjiro y Zenitsu se conocieron hace medio año, siendo el chico de cabellos carmesí quien le habló al rubio de pura casualidad, mientras estaban celebrando un evento en la academia donde ambos estudian. El chico rubio intentaba integrarse a variados grupos de organización para diversos temas, como el arreglo decorativo, los animadores, entre otros... Sin embargo, no fue tomado tan en cuenta por los integrantes, pues para ellos, Zenitsu no podría aportar demasiado si ya todos tenían su rol.

Además, Zenitsu tenía la reputación de ser el adolescente rarito, que babeaba muchísimo viendo a las chicas, cosa que muchos detestaban de él.

Y fue así que Tanjiro, quien era parte de uno de los grupos de música, lo quiso incluir junto a otros en su propio grupo, sin juzgarlo por cómo era, ni siquiera por su mala reputación. El chico menor era alguien que, a simple vista, se notaba muchísimo que era buena persona, y tal vez, si se lo permitía a Zenitsu, hasta podrían ser amigos, más que nada por la amabilidad innata que desprendía Tanjiro, hasta en su mirada.

Desde aquel día, como Zenitsu había sido excluido varias veces en su vida escolar, estaba muy agradecido con Tanjiro, por haberlo podido hacer sentir dentro de un grupo. No sólo se hizo amigo del de cabello oscuro, sino también de otro adolescente de ojos verde esmeralda y cabello negro. Ese sí era raro, pero bastante agradable a su parecer.

Y además, conoció a algunas personas que ya eran más niños, pero que terminaron ganándose todo su cariño.

Pasó el tiempo, y Tanjiro comenzó a centrar su atención en Zenitsu. Desde que ocurrió aquel momento, el rubio comenzó a tener intenciones de acercarse más al menor, pero tenía sus miedos por delante.
¿Cómo iba a ser el mejor amigo de alguien tan amable? Que lo haya incluido en un evento... no significaba que querría soportarlo para siempre, ¿o sí? Esos pensamientos se apoderaban de la mente de Zenitsu, y para su mala suerte, hacía aumentar sus temores.

No obstante, el joven de aretes hanafuda no había cambiado su actitud con él desde entonces. Al contrario, era incluso más amable que antes, hasta se ofrecía ayudar a Zenitsu en cualquier cosa que necesitara. El mayor, por supuesto, seguía con el miedo de que eso acabara.
Pero cuando Tanjiro notaba que su amigo actuaba con algo de temor, él sólo le sonreía.

ㅡ Todo está bien, Zenitsu. ¡Somos amigos, no me molestas para nada! ㅡ Y siempre le daba algunas palmaditas en su hombro. Zenitsu se daba cuenta de la fuerza de su mano.

El chico de ojos miel comenzó a confiar más y temer menos, hasta que pasó el tiempo. Un par de meses después, Tanjiro comenzó a comportándose extraño con él, siendo más cariñoso de lo normal. A Zenitsu no le molestaba que fuera así, pero sí que era algo fuera de lo común...

Y fue entonces que decidió preguntarle al mejor consejero que conoce: Su amigo Inosuke.

ㅡ ¿Estás diciendo que Monjiro está actuando raro contigo? ㅡ En ese momento, el menor de ojos verdosos se estaba comiendo, con notorias ganas, una de sus alitas de pollo.

ㅡ Es Tanjiro. ㅡ Siempre intenta corregirle. ㅡ Y sí, ¡ahora está sonriéndome más de lo normal! Hasta de vez en cuando, se quiere apegar mucho a mí... ¿¡no te parece sospechoso!?

E Inosuke negó, casi atragantándose por comer tan rápido.

ㅡ Monjigüo siempge eg agí. ㅡ Zenitsu le miró con desagrado, tanto por hablar con la boca llena como por seguir diciendo "Monjiro". ㅡ ¡¡Seguramente quiere que le ayudes en sus tareas!! O yo qué sé, no soy adivino.

ㅡ ¿¿Ayudarle?? Pero si él nunca ha sido así... aunque bueno, puede que tengas razón... ¿¡Pero por qué no me lo diría directamente!?

ㅡ Yo siempre veo que Kentaro ayuda a los otros, es bastante amable... y débil, ya que no quiere pedirle ayuda a nadie. ㅡ Eso último era verdad, pero Zenitsu no cree que eso lo haga débil.

ㅡ ¡No seas tan idiota! Seguramente no sabe cómo pedir ayuda cuando la necesita... ¡así que le voy a dar lo que le debo, ya que es muy bueno conmigo!

ㅡ Como sea, Monitsu... ㅡ Inosuke volvió a devorar otra de las alitas. ㅡ ¡No es nada de otro mundo! Ni que le gustaras o algo, sería disgustante. ㅡ Pero eso lo dice porque el amor, en general, le disgusta.

ㅡ Eso es absurdo, ¿no has visto lo mucho que lo quieren algunas chicas? Decir eso es... ¿un tanto fuera de lo común? ㅡ Aunque lamentablemente, se va a quedar pensando en lo que Inosuke le ha dicho, como siempre.

Mientras tanto, Tanjiro observaba a los chicos en el horario del almuerzo, fijándose especialmente en el chico rubio. De alguna manera, comenzaba a sentir una molestia interna cada vez que notaba que Zenitsu estaba acompañando a alguien más, quien quiera que sea. Esa sensación ha comenzado a invadirlo cada vez más.

Celos ocultos - TanZenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora