Jayden no dejo de sentarse conmigo y de hablar después de ese día. Nos volvimos amigos en un instante y yo estaba más que feliz. Hacer amigos estaba siendo algo fácil, según Phobe estaba mejorando y mi amistad con Jayden era una muestra de eso. No interactúe con más chicos de mi clase, él tampoco, pero si salíamos siempre después de clases. Íbamos a comer, a recorrer los monumentos de Florida y hasta fuimos a un bar. Era mi primera vez en uno, y claramente no era mayor para tomar alcohol, solo fuimos a jugar billar. Descubrí que Jayden era fanático y muy bueno, su padre le enseño a jugar. Hablamos de mi familia, de la suya y hasta de mi asperger.
—No pareces tener Asperger —me confeso.
En vez de ofenderme, me reí. Lo decía con sinceridad y la verdad que había gente que tampoco se daba cuenta. Mi autismo se diagnosticó dos años antes de que mama muera, lo cual significaba que era nueva en todo esto. Phobe tuvo miedo que esto empeorara con la muerte de mama, pero no fue así. Si bien me encerré en mi misma, era mi familia la que no superaba que mama se haya ido.
Jayden se mostró comprensivo, y después de mi confección no cambio su actitud hacia mí y no me miro con lastima. Ambos al estar todo el tiempo junto, fuimos asignados al cuidado de los delfines y a su alimentación. A veces estábamos en el laboratorio estudiando las algas marinas para la fabricación de una golosina con nutrientes para los animales, pero siempre estábamos en el acuario.
Las grandes peceras y hasta paredes de vidrios, iluminadas en la noche mostrando la belleza de los peces, de las rayas y hasta de las medusas. Me aterraba darle de comer a las medusas, pero cuando caía la noche y Jayden y yo nos quedamos un tiempo más para ver como nadaban tranquilas e iluminadas con la luz artificial, ese miedo tonto que tenía se evaporaba.
Salía pintarle algunos retratos en acuarela, Jayden decía que tengo un don y que debía ser expresado al máximo. Me gaste todas las acuarelas que el abuelo me regalo cuando le dedique un libro de dibujo de 100 páginas. Le dibuje animales, personas, flores y hasta nos retrate a los dos. Él quería estudiar fotografía, pero también algo relacionado con la biología marina y como tenía 17, pronto tendría que elegir cual iba a estudiar.
—Puedes pedir una beca— le sugerí mientras pasaba el pincel por su muñeca.
—Tendría que hacer el examen el mes que viene.
Nuestra escuela daba becas en las universidades más importantes de Estados Unidos. Nuestro profesor nos dio una guía de preguntas que, si alguien quería la beca, tenía que estudiar para el examen de admisión.
—Tienes tiempo, puedo ayudarte si quieres.
— ¿Tu no lo darás?
—No —suspiro —. Todavía es muy pronto decidir que quiero estudiar.
— ¿O es muy pronto para decirle a tu padre lo que quieres?
—Es más complicado que eso —hago una mueca —. Deja quieto el brazo —lo reto.
—Me dan cosquillas
Estábamos acostados bajo el sol en la terraza del acuario y Jayden me conto que tenía ganas de visitar Londres algún día, entonces tome mis nuevas pinturas y comencé a dibujarle la ciudad de Londres con su gigantesco reloj en su brazo. Estuvo encantado con la idea, y cuando le dije que la pintura no era permanente, estiro su brazo.
—Sigues cambiando de tema.
—Es un tema que no quisiera tocar, por favor.
—Tienes que decirle a tu padre que deseas estudiar realmente —detiene mi mano con el pincel y me hace mirarlo.
—No puedo renunciar a mi título de nobleza. Mi familia no me lo perdonaría, y estoy ya cansada de que me dejen de lado.
—Puedes conservarlo y estudiar lo que quieras.
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Todas las veces que nunca me amaste
RomanceLa pequeña e inocente Tessandra Cavendish tiene un problema. Además de no poder socializar como el resto de las personas, su familia poco a poco se va quebrando y cada vez se va sintiendo más sola, pero su problema principal era estar enamorada del...