Capítulo 5: Cuando un compañero de casa aparenta lo que no es

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5-Cuando un compañero de casa aparenta lo que no es

**Byakuya**

Cuando llego a primera hora de la mañana a la casa de Renji casi me echo para atrás en mi decisión. Pensé que vería algo más moderno, iluso de mí, pero su casa parece más una cabaña tradicional japonesa, igual de pequeña y de techo bajo como casi todas las casas del pueblo. Aspiro fuertemente por la nariz y más cuando llamo a la puerta y espero impaciente. ¿Dónde se habrá metido? Quedamos en que me mudaría hoy....

- ¿Quién coño molesta a estas horas??- abro los ojos cuando veo a Renji salir con un palo en la mano que no llega a rozarme al darse cuenta de que soy yo. –Ah eres tú...-

- ¿Acaso esperabas a alguien más? - resoplo malhumorado, aunque no se me pasa desapercibido verle sólo en calzoncillos con una camiseta de tirantes cubriendo su torso. Es como imaginaba. También tiene tatuados los muslos y los extremos de los tribales le hacen filigranas alrededor de los gemelos terminando en los tobillos....

-Entra, este es el salón. - entramos en una pequeña estancia con un sillón, una tele vieja y una mesita abarrotada de cosas. –Solo hay un baño. Pequeño, pero tiene bañera incluso. Tu cuarto está ahí- aprieto la nariz cuando veo el antro donde voy a meterme que únicamente consta de un armario antiguo y una cama que es con un colchón que por nada del mundo quiero probar. –Ya te dije que esto no era un palacio, así que si no te gusta...-

-No tengo más opción. - dejo la maleta suspirando por lo que pesa y miro el cuarto en su totalidad. –Ya podrías haberlo limpiado mejor-

-Te recuerdo que no eres mi jefe aquí. Tu cuarto, tu limpieza-

-La cama es asquerosa. No quiero ni imaginar quien se ha tumbado ahí-

-Pues yo para echarme siestas y cascármela- parpadeo al oír eso y veo como se encoge de hombros. –Lo que solemos hacer los hombres normalmente-

-Yo no pierdo el tiempo en eso-

-Sí, claro. Por cierto ¿a qué hora sueles cagar? – le miro más que furioso cuando me hace esa pregunta tan burda y vuelve a mostrar indiferencia. -¿Qué? No te pajeas, no cagas ¿Qué eres, un puto robot? Lo digo porque yo suelo cagar por las mañanas y como el baño esté ocupado, soy capaz de sacarte de allí a empujones, te lo aviso- dioses, me está empezando a cabrear y sólo con dos minutos soportándonos.

-No te quitaré tus horas "íntimas" para eso. Estate tranquilo- Renji me mira con curiosidad y sale al salón fijándome en que la cocina está anexa, como en la mayoría de casas para ahorrar espacio. Hay unos fogones pequeños junto a un microondas y un frigorífico.

-Si quieres cocinar, tienes que usar el mechero para encender los fuegos-

-No sé cocinar, ni me interesa. Comeré en el restaurante del onsen-

-Claroooo, ¿por qué estropear tus manos de modelo? Ahora entiendo como tienes esa piel de porcelana, tú no has currado de verdad en tu vida-

-Renji...aunque sea tu casa, te juro que sales por la ventana como sigas así...- veo que capta la amenaza y se restriega el pelo enmarañado chasqueando la lengua. Dioses, me dan ganas de peinarle y todo, la verdad es que pese a lo enredado que lo lleva, tiene un pelo precioso...de un color sin igual...

-Tsk! está bien, intentemos llevarnos bien. voy a seguir roncando, tú acomódate y cotillea lo que quieras ¡pero todo el dulce de las estanterías es mío! –

-Soy alérgico a las cosas dulces-

-En serio que eres raro. Con lo fácil que es la sencillez en esta vida...-

"Homos no Sapiens"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora