31. Te amaré en esta vida y la otra.

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Leia Baltimore

— Estás muy raro ¿Estás bien? — Lucas estaba parado frente a la ventana de la habitación mirando al exterior, quieto casi sin parpadear.

— No recordaba la ciudad tan hermosa — se gira y me da una pequeña sonrisa. Siento la pesadez de angustia en mi pecho. Me acerco a él y lo rodeo con mis brazos descansando mi barbilla en su pecho para observar esos lindos ojos claros.

— ¿A qué hora tenemos que salir?

— En tres horas — rodea sus brazos en mi cintura y se lanza conmigo en la cama, quedando arriba de él.

— Podemos hacer mucho en tres horas — beso su barbilla. Lucas se encuentra con los ojos cerrados. Ni siquiera ha escuchado lo que dije, o si lo hizo, pero no quiere hablar.

¿Cómo hago para entrar a su cabeza? Él lo hace fácilmente.

Está así desde anoche. Después de que Zeena desapareció, contándonos que esa niña que me atacó que ahora sé que no es una niña, sino un demonio... no quiero recordar, ahora se encuentra muerta. Supongo que solo un demonio mata a un demonio.

Lucas estuvo distraído toda la noche mientras Laura hablaba, habló durante horas, no puedo creen que exista a alguien que no le duela la lengua de tanto hablar. Yo solo escuchaba atenta la historia de las brujas. Laura no conoce su linaje, Zeena le está ayudando en encontrarlo.

Me había dado sueño cuando eran 23:34, Lucas me mandó a dormir y se quedó con Laura conversando. No sé de qué hablaron, pero cuando llegó a la habitación me abrazó fuertemente. No me soltó en toda la noche, cuando despertó seguía ido y desinteresado en cualquier cosa que le dijera.

— Te amo — agarro sus mejillas para que me preste atención — Te amo tanto, Lucas — sus hermosos ojos ahora me observan con aquel brillo encantador — Hola, Alpha.

Suspira cerrando los ojos — Eres demasiado hermosa.

— Lo sé — me sonríe, sus hoyuelos aparecen y mi dedo se dirige en aquellos huequitos.

— Te amo. Te amaré siempre. Te amaré en esta vida y en la otra, Leia. Yo nunca podría estar sin ti ¿Lo entiendes? — Lucas agarra mi cintura y suavemente nos gira, quedando él arriba y yo abajo — Leia.

— Dime — acaricio sus lindos rizos que caen cerca de su oreja.

— Repite que me amas.

— Te amo, luna. Sabes cuando lo hago. Te amaré en esta vida y en la otra. Siempre — él se acerca lentamente a mí y besa mis labios profundamente en un baile lento con nuestras lenguas. El calor que emana su cuerpo es suficiente para separarme y quitarle su camisa, quiero sentirlo piel contra piel.

Quité mi bata de dormir rápidamente, solo quedando en ropa interior. Era asombroso como podíamos de estar de cursis a calientes. Necesito su polla dentro de mí. El conocido calor en mi piel está comenzado a ser frustrante.

Sus labios succionan la piel de mis clavículas, sus manos acariciaban mi cuerpo y la manera en que frotaba su polla duro en mi muslo... Oh Dios. Meto mis dedos en su suave cabellera rizada. Acaricio su espalda con mis uñas sin intención de marcarlo, a él le encantaba que lo hiciera, cuando gruñó me lo confirmó.

Su mano derecha me mete entre nuestros cuerpos recorriendo mi abdomen y bajando hasta mi entrepierna humedecida, antes solía asustarme con lo mojada que me ponía con Lucas, todo era una reacción normal en mi cuerpo debido a la marca, lubricaba mucho más para facilitar que su enorme trozo de carne entrara en mí.

Giré mi cabeza a un lado cuando sentí su dedo índice escabullirse entre mis pliegues, me acariciaba de arriba abajo, su dedo pulgar se humedeció para comenzar a mover mi clítoris con fuerza.

Mi Bella LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora