Capítulo 25

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POV: Enzo

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POV: Enzo


Estaba viviendo mi propia pesadilla. Había deseado tantas veces de que fuera de verdad una pesadilla. Pero era la más cruda y letal de las realidades. Tenía unas cadenas alrededor de mi cuello y alguien había tirado de ellas llevándome a las profundidades más oscuras de un océano de dolor y padecimiento. El dolor por cada hora se iba transformando. Enredándose en mi alma hasta succionar mis fuerzas y energías, evolucionando a niveles que ni podía imaginar que evolucionaría para dejarme como un cadáver, envolviéndome como una telaraña para apresarme... hasta que tocó el corazón y me marcó.

La vida puede cambiarte en un segundo. Y a mí me había tocado mi segundo. Y ahora mi vida por completo estaba destrozada.

Me mantuve de pie, frente a algo en lo que nunca creí estar. La tumba de Adara. Mi Adara. Su entierro.

Esas palabras se retorcieron en mi interior hasta hacerme sangrar.

Y cerré los ojos transportándome a unas horas atrás.

Deambulé por la habitación. Tenía sobre la cama la ropa negra que debía ponerme. Pero mirarla... me destrozaba porque sabía por qué y por quién la llevaría. Alguien de pronto tocó suavemente la puerta, y entró. Me giré viendo a Evelyn entrar con un vestido blanco. Fruncí el ceño al vérselo, pero no le dije nada. Su rostro estaba cubierto por la más absoluta pena. Sus ojos húmedos de no haber dejado de llorar. Y el matiz manchado de rojo de sus mejillas hinchadas. Evelyn y yo no nos merecíamos vivir el dolor que estábamos arrastrando.

Se acercó a mí cohibida con sus manos entrelazadas.

—¿Estás listo?

¿Listo para enterrar a mi esposa? Eso ardió en mi corazón. Desvié mi atención a la cama.

—No. Es que no... —fue lo único que se escuchó de mis labios en un murmullo al fallarme la voz. ¿Cómo podía explicarle que me costaba un mundo vestir de luto por mi mujer, que se me retorcían las entrañas, que se me caía el mundo encima?

—No lo hagas —se acercó hasta mí y me tomó de las manos—. ¿Alguna vez te contó Adara sobre lo que le hubiera gustado en su entierro?

Negué con la cabeza, lacerado por el dolor. Ella se quedó mirando la ropa negra un momento.

—A ella le hubiera gustado que en su última despedida todos vistiéramos de blanco —hizo una pausa al temblarle la voz apretando los labios—. Ella el negro no lo veía digno para la última despedida de un ser querido. Lo veía apagado. Triste.

Me aclaré el gran nudo que se me hizo en la garganta.

—Pero ella llevó un vestido negro en la despedida de mi madre.

—Aceptaba la voluntad de quienes desearan ese color para su entierro.

Clavé la mirada en el suelo atravesando una fase de recuerdos hasta llegar a los días que me quedé encerrado en el despacho después de morir mi madre. Ella vestía de blanco. Siguió velándola después de muerta. Se me encogió el corazón haciendo una mueca de dolor. Me tragué un suspiro acongojado. Eso hizo que la amara más. Mucho más, aun cuando ya no estaba con nosotros... conmigo.

El deseo de Adara [Deseo Éire #2] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora