Capitulo 17

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Madrid, España.

Divagando en la laguna de mis pensamientos y en la lejania de mi conciencia, alguien llama, una voz ronca y varonil, siento sus manos en mis hombros, abro los ojos que no se en que momento los cerré, veo un hombre de facciones duras, ojos azules tirando al gris, cabello negro azabache, cejas pobladas, y una incipiente barba en el mentón, "Todo un semental".

-¿Eres un ángel?- digo en la bruma de mis pensamientos- ¿Ya estoy muerta?- mi voz se escucha rara, como adormilada y mi garganta la siento seca, rasposa.

-No, No soy ningún ángel y no estas muerta- su voz, no se que tiene pero siento a mi cuerpo estremecerse, un increible placer siento en el instante en que sus manos bajan a mis caderas.

-¡Aaaah!- un gemido largo y ansioso sale de entre mis labios- ¿Que haces?

-Solo intento ayudarte- me carga al estilo princesa- solo quedate quieta, estas helada.

Alli es donde me doy cuenta que, efectivamente, estoy fría y también que esta haciendo una brisa helada, todo se disuelve en el momento que huelo la colonia de este hombre, es deliciosa; pongo mi cara en su pecho y llevo mis manos a sus pectorales, siento su dureza a través de la tela.

Lo siento tensarse ante mis dedos traviesos, me pego aun mas a su cuerpo, su calor corporal es reconfortante y cor su olor, ni que decir, siento mis ojos pesados cerrarse, el sueño me inunda y es entonces, que lo abrazo, somo si fuera un oso de peluche, aunque no dudaría tener a este hombre como peluche, apreto fuerte y no lo suelto, solo se que el sueño me inunda y no soy consciente de nada mas, ni siquiera cuando me acostaron en el colchón o cuando intentaron separarme del hombre "colonia deliciosa".

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Un ruido cruza por mi mente, como si fuera un leve ronquido, no es molesto, lentamente voy tomando consciencia de mi misma, unos brazos como si fueran cadenas me presionan fuertemente hacia un cuerpo duro como una roca, allí en ese instante me doy cuenta que estamos en posición de cucharita, la respiración es lenta y constante, me intento voltear suavemente, al terminar de voltear, el hombre "colonia deliciosa" es el que me abraza de manera que no pueda moverme mucho, su rostro, relajado y pasivo, su ceño fruncido me advierte que prontamente abrirá esos ojos que me mantiene hipnotizada, su ojos abriéndose lentamente me dan un espectaculo maravilloso, sus pestañas largas muestran una imagen que practicamente me tiene babeando.

Su mirada, observa el lugar donde estamos y con quien esta, abre desmesuradamente sus ojos al darse cuenta de la posición en la que está, nuestras caras tan cerca y nuestros cuerpos tan pegados que siento todos y cada uno de sus cuadritos en el abdomen.

-¿Te sientes mejor?- su voz de recién levantado me provoca unos escalofríos en todo el cuerpo. ¡Joder! ¿Que carajos tengo con las voces gruesas?- Intente acostarte pero no me quisiste soltar, te agarraste de mi cuerpo y no te soltaste. Tienes fuerza mujer- dice, soltándose de mi cuerpo y estirando sus músculos.

Un gran espectaculo, sus músculos de la espalda se estiraban y sus brazos, ¡Dios! Siento desfallecer, este hombre es increiblemente guapo, como se dice en Colombia "Un papasito bien churro". Muerdo mis labios al verlo levantarse y ver ese culo bien redondo, perfecto para agarrarlo en un buen polvazo.

-Estoy... bien- mi ensoñamiento es tanto que tartamudee al hablar- solo un poco cansada.

-¿Que hacias en la azotea con ese frío?- ya me esperaba este tipo de pregunta- parecias un tempano de hielo, estabas muy fría, creí que estabas muerta.

Ninfómana ©  [+18] (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora