Jungkook
-Te esperé como tres horas, y no te conectaste para jugar- me reprochó Jimin por el teléfono.
-Vinieron unos amigos de Anna a comer, y me obligaron a bajar- respondí, mientras me peinaba un poco con una mano, sosteniendo el dispositivo con la otra.
-Me imagino lo aburrida que habrá sido esa cena- rió.
-Justo esta no fue tan aburrida- comenté, divertido- tienen una hija que está buenísima.
-Me imagino que no le dijiste ni una palabra- negué con la cabeza, aunque sabía que no podía verme- dios, tienes que sacarte esa timidez de una vez. Ni siquiera sé como has estado con tantas chicas, con lo que te cuesta hablarles.
-Justamente, porque no hablamos- dije burlón- pero de verdad, es muy hermosa. No me atreví a hablarle, pero cuando nos íbamos, me dijo que me vería en el instituto. Va al mismo al que yo voy a empezar.
-Hablando de instituto ¿no deberías estar allí ahora?
-Estoy por salir. Hablamos más tarde, ¿okey?- le corté, sintiéndome un poco más aliviado. Escuchar una voz conocida siempre me tranquilizaba, pero también me hacía darme cuenta de cuánto lo extrañaba, a él y a todos. Hacía unas semanas que me había ido de mi país, y ya quería volver de nuevo. Me preguntaba si habría algún otro chico o chica de mi país en el instituto y supuse que sí, porque por lo que sabía, Estados Unidos abundaba de extranjeros.
Me puse mis típicas botas, y ya estaba listo. Afortunadamente, en los institutos públicos americanos no debías usar uniforme, por lo que me puse un pantalón deportivo gris y una remera negra, esperando no estar mal vestido. Bajé las escaleras y me encontré con Anna, que estaba preparando el desayuno.
-Buenos días- me dijo, somnolienta. Llevaba puesto su pijama y una bata larga.
-¿No tienes calor?- pregunté, mientras tomaba una banana de la mesada. Negó con la cabeza.
-¿Tú no tienes frío?- me miró abriendo los ojos, y reímos- ya es casi la hora, tu padre te está esperando en la sala para llevarte al instituto- me dio un beso en la frente- buena suerte. Vas a ver que no es tan malo.
Le sonreí, deseándole un buen día a ella también, y me dirigí al living para encontrarme con mi padre, que estaba sentado viendo algo en su celular. Al notar mi presencia, se paró y tomó las llaves del auto.
_____
Luego de ir a por mis horarios y de recorrer un poco el edificio, sonó el timbre de entrada. Me sorprendí bastante porque el horario de clases era muchísimo más reducido que el de las instituciones de Corea, y la organización era bastante diferente. Además, no me había cruzado con Paola en toda la mañana. Supuse que era normal, porque estaba lleno de gente y ella era un año menor.
Me fijé en mi horario y observé la primera hora: español. Maldije por lo bajo. Ya me estaba costando lo suficiente perfeccionar mi inglés, como para recibir clases de un idioma que en Corea jamás me habían enseñado. Suspiré, y le pregunté a un chico de pelo violeta que se encontraba escuchando música cerca de mi casillero, sobre la ubicación de mi clase.
-Justo tienes la misma que mi amigo Pablo- vi como llamó a un chico muy alto, de pecas y cabello algo largo y negro- oye, acompaña al nuevo que está en tu clase.
Pablo me miró atentamente- ¿eres japonés?
-Coreano- le respondí, elevando levemente una ceja.
-Cool- se cruzó de hombros- vamos, que tenemos de profesora a la vieja Susan, y si llegas tarde tienes detención fijo.
El salón era espacioso, y me sentí un poco cohibido al sentir varias miradas sobre mí. Decidí sentarme en uno de los pocos asientos vacíos. Una chica algo bajita y pelirroja que estaba unos asientos adelantes le dijo algo a su amiga, se levantó y se dirigió hacia donde yo estaba.
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Es suficiente; Jungkook
FanfictionDespués de conocerse en una cena con sus padres y de descubrir que van al mismo instituto, Paola accede a enseñarle español al atractivo, tímido y reservado Jungkook, que ya bastante problemas tenía perfeccionando su inglés al tener que mudarse con...