— Buenas fucking noches. — Digo y bajo del auto. Eso fue tan infantil de mi parte pero me da igual, estoy enojada.— Deberías entrar por tu ventana, tus papás están despiertos. — Miro la luz de abajo encendida por lo que confirmo. Doy la vuelta a mi casa con tropezones, ese recorrido en auto me dejó aún más mareada. — Kairi ayúdala. — Habla Mattia desde el auto.
— Mattia me duele suficiente la cabeza como para escucharte hablar, puedes callarte?
— ¡Mierda!, ¿Qué es lo que les pasa a ustedes dos? — Dice Alejandro enojado. — Yo la llevo. — Me dirige a mi ventana.
— Mattia es un idiota, no tenía que hacerle eso a Bradley.
— Es Mattia, no esperes entenderlo. — Busca entre mis cajones y saca una pijama que me arroja. No me sorprende que sepa donde esta mi ropa, la semana pasada me ayudó a acomodar mi habitación para que mi mamá me dejara ir a su partido.
— ¿Te puedes voltear?
— Claro, disculpa. — Voltea mirando a la pared. — ¿Puedo preguntar qué tienen Mattia y tu?
— Nada.
— Es que se me hace raro que te detuviera con Bradley. Digo, estás muy ebria que bueno que lo hizo pero... El no sabía que lo estabas, solo te vio con el y explotó.
— Mucho Mattia por hoy, no crees? — De verdad no quiero pensar en el. — Ya puedes voltear. — Y lo hace.
— Bueno, debo irme.
— Gracias.
— Si necesitas algo, estoy al frente. — Dice con una sonrisa y se va por la ventana.
***
Creo que han pasado cuatro días desde la última vez que Matteo vino.
"Aveces es así" me dijeron los chicos.
No soporto que sea así, pero tampoco soportaría tenerlo aquí. ¡Agh que desastre hay en mi cabeza!
Igual el verano sigue siendo divertido, jugamos videojuegos y deportes o solo nos sentamos a hablar en casa de alguno de los tres, justo ahora estoy en la habitación de Kairi.
— ¡No me van a creer lo que tengo! — Entra Alejandro emocionado y cierra la puerta.
— ¿Droga? — Dice Kairi divertido, Alejandro asiente a lo que nos sorprendemos. — ¿Enserio?¡Rosario no me jodas!
***
Como adolescente responsables adivinarán la decisión que tomamos (nótese el sarcasmo), les doy una pista: estamos drogados.
— ¿Ustedes también escuchan los muñecos de Kairi hablar? — Dice Alejandro tomando de una botella de agua.
— No son muñecos. — Le arrebata la botella y toma. — Ven, Baby. — Me atrae hacia el y estampa sus labios con los míos, solo río. — Únete Alejandro. — Me mira como pidiéndome permiso así que mientras río me acerco "seductoramente" hacia el y lo jalo de la playera hasta la cama con Kairi y yo.
Nos comenzamos a besar lentamente y vuelvo con Kairi.
— ¿De verdad vamos a hacer esto? — Pregunto con una sonrisa que la droga no me quita. Nos miramos entre sí y reímos. Alejandro vuelve a poner sus labios con los míos mientras Kairi me besa el cuello y se van turnando. Kairi se quita su playera y la arroja por la habitación. Alejandro iba a por la mía hasta que escuchamos pasos hacía acá. Todos nos separamos y abre la puerta la mamá de Kairi.
— Alejandro, tu padre dice que vayas.
— Yo también debería irme. — Digo siguiendo a Alejandro.
— Kairi, amor, usa playera cuando tienes visitas. — Escuchamos a lo lejos mientras bajamos las escaleras. Comenzamos a reírnos a lo bajo.
***día siguiente***
Ya era de noche y yo lloraba en mi cama como niñata que extraña a sus padres, estoy cansada de estar sola en esta casa.
"¿Podemos hablar?"
Chatea Mattia.Y llega otro mensaje
"Estoy afuera"Me limpio las lágrimas rápidamente con agua y voy a abrirle la puerta principal.
— ¿Que te pasó en el ojo? — Pregunto asustada al ver el golpe.
— Bradley se cabreó en la práctica. — Dejo que entre y busco algo frío que ponerle. Se sienta en el mueble y yo me siento en el suelo frente a el.
— Te lo mereces. — Digo a lo bajo mientras le pongo la bolsa de hielo en el ojo.
Mattia ríe descaradamente. — ¿Me lo merezco? Claro, por mi culpa no te folló.
Me enojé y el lo notó — Puedes dormir aquí si quieres, voy a mi habita— No me dejó terminar la oración o siquiera moverme.
— No no no no, lo siento.— Toma mi rostro en su mano y se va acercando. — ¿Eso es lo que quieres oír, no?— Se queda en silencio unos segundos sin apartar sus ojos marrones de mi.— En la fiesta me viste con la chica, me viste con ella y te fuiste con Bradley. No pensé que fueras de celos.
— Celarte significaría sentir algo por ti y yo por ti no siento nada. — Mentiras y más mentiras, Baby. Me digo a mi misma.
— ¿Nada? —Nuestros labios están a centímetros y yo no quiero eso, los quiero juntos. — ¿Segura?
— Ujum. — Fue lo único que pude producir porque toda mi atención están en sus labios y como tanto lo pedía con la mirada, me besó. Comenzó lento pero cuando se trata con Mattia nunca se queda así. De la mano me pidió que dejara mi lugar y lo acompañara al sillón, encima de el. Rápidamente me quita la ropa interior que era lo único que llevaba bajo mi pijama de vestidito que también me ha quitado. Baja su buso gris y ropa interior y como si de las caderas me tomara me pone encima de su miembro, todo pasa tan rápido que el dolor me hace caer en cuenta de lo que estamos haciendo. Comenzamos a gemir y el me controla por las cadera mientras yo entierro mis uñas en sus hombros. Cada arriba y abajo me acerca al orgasmo y cuando por fin llego lo hacemos a la vez.
Recuesto mi cabeza en su pecho mientras el mueve su mano en mi espalda. Después de unos minutos dice con voz ronca y a lo bajo, seguro cree que me he quedado dormida en el:
— Baby, debo irme. — Levanto mi cabeza y lo miro a los ojos. Internamente quería golpearlo o rogarle a que se quedara pero no pienso hacerlo, no pienso pedir por lo que quisiera que el eligiera hacer. Y cuando regreso a mi habitación, suspiro y me tiro a la cama.
De nuevo sola.
***
— No quiero repetirte lo que ya tu sabes, Baby. Mereces mejor, Mattia puede ser un dios en el sexo pero el sexo nunca le gana a alguien que te quiera de verdad.
— Lo sé —me arrojo dramáticamente a mi cama gruñendo. — Es un puto asertijo, un día hacemos algo... sexual, al otro está con alguna chica y al otro actuamos como simples amigos frente a los chicos.
— No estás para alguien que te tenga constantemente dudando y comiendo la cabeza, sabes qué? A la mierda Mattia.
— A la mierda Mattia. — Repetí.
Va a ser difícil olvidarme de mis sentimientos por el, pero debo hacerlo porque me hago daño estando con el.
-KokoGomez 💙
ESTÁS LEYENDO
Say it Baby //Jersey trio
Fiksi PenggemarBaby Pell se muda de casa, sus nuevos vecinos: "El trio de Jersey". Su vida pasó de ser aburrida a ir de fiesta y mucho mas cada día de verano, con sus mejores amigos: Alejandro Rosario, Kairi Cosentino y por supuesto, Mattia Polibio. "Puede ser un...