Hank se paseaba de un lado a otro con el semblante preocupado y cara de pocos amigos.
—¿Quieres dejar de hacer eso?— Charles estaba igual o peor que el otro científico.
—¿Cómo quieres que me calme ah?—el hombre de lentes gruñó antes de darle un golpe a uno de los espejos—Ellos...ellos están infectados.
Xavier sintió una punzada de dolor en su pecho al ver a Erik Lehnsherr y a su hermana Raven sentados y anestesiados en aquella cama blanca y fría.
—Hank, sé que no hay palabras para ayudarte a calmarte pero...
—¿En serio piensas justificarlos? Tú mejor que nadie sabe que esa enfermedad solo se transmite por medio de la saliva u otros fluidos corporales, si es que sabes a lo que me refiero.
Charles desvío la mirada, no quería ni siquiera pensar en que habían hecho su esposo y su hermana para contraer el virus Z.
—¿Qué vamos a hacer?
Hank se mordió el labio.
—Matarlos, ellos deben de morir si queremos impedir que la enfermedad llegue a más personas.
Aquella respuesta hizo que Charles se levantara de un salto.
—No vamos a hacer eso, el paciente cero— señaló a Erik— fue por nuestra culpa ¡Nosotros queríamos crear una vacuna que pudiera curar todas las enfermedades! ¿Y que fue lo que logramos? Eso— señaló nuevamente a la otra habitación—Es nuestro deber ayudarles a curarse, además, ni siquiera sabemos que es lo que causa la enfermedad Z. Solo han estado ahí, viendo a la nada durante horas.
—Los gobiernos aún no saben lo que hicimos, pero mi esposa y tú esposo estuvieron en contacto con más personas, las cuales seguramente están infectadas...
—¿Qué demonios estás queriendo insinuar? ¿Qué mi hermana y mi esposo se acostaron con otras personas?
—Yo solo digo lo que vimos en las cámaras de seguridad— apuntó Hank— Ellos estaban teniendo sexo Charles ¿Acaso no lo entiendes?
—Es que debe de haber otra explicación para eso— insistió el castaño—Puedo apostar mi vida a que ellos nos amaban tanto que serían incapaces de tener sexo entre sí.
—Pues tu puedes seguir creyendo tus mentiras porque yo...— Hank no pudo continuar con sus palabras, ya que un alarido les hizo mirar a la otra habitación.
Raven y Erik estaban convulsionando.
—¡El sedante!— el pánico era notable en la voz de Charles—Se está pasando el efecto, debemos de hacer algo.
Hank negó de inmediato.
—Yo no voy a entrar a colocarles el sedante.
Charles le miró con los ojos abiertos antes de acercarse a un pequeño armario; tomó un traje de color blanco para comenzar a ponérselo de forma apresurada.
—No Charles, no hagas eso— el otro hombre le colocó las manos en los hombros—Es peligroso, puedes morir.
Xavier no pudo responder porque otro alarido salió de los labios de su hermana.
Ambos vieron con horror como el vientre de la rubia comenzaba a agrandarse al tiempo que se movía de un lado a otro.
—Hank ¿Qué es lo que está pasando?— Charles contuvo las ganas de vomitar.
El aludido mordió su labio mientras comenzaba a buscar alguna respuesta en sus papeles.
—Tenemos que entrar ahora mismo— Xavier soportando los temblores de su cuerpo, se terminó de colocar el traje de protección; tomó el sedante en sus manos antes de colocarse en la puerta—Hank, ábreme.
Este negó mientras apretaba sus manos alrededor de su cuerpo.
—Debemos irnos, ahora— ordenó tomando la mano de su amigo—Ya ¡Deja eso!— lo jaloneó para moverlo de su lugar.
—¡No podemos dejarlos!
Y al grito de Charles, le siguió una explosión proveniente del estómago de su hermana.
