Capítulo 13

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Ambos no tardaron en llegar al pequeño edificio, que consistía de oficinas y salas para algunas reuniones.
Subieron al segundo piso, pasando entre pasillos, tan solo para llegar a una oficina en particular.

Al entrar, la oficina era una como cualquier otra, un escritorio y una silla, un par de sillas más al frente del mueble, algunos estantes llenos de libros y carpetas llenas de documentos y archivos. Por la derecha al fondo, había una barra llena de bebidas de alcohol y uno que otro vino.
En una de las paredes había una gran ventana que daba vista a la aldea.

Gura se dirigió al escritorio lleno de papeles, y de algunos folders.

Yoana: si que es un desastre [dijo mirando aquel desorden]

Gura: jajaja, de cierta forma lo es, pero así trabaja mi maestro.

Yoana: esperaba que fuera más ordenado.

Gura: no, eso va más con él maestro Soo. Loo, es un poco más desordenado en estas cosas.

Yoana: y, ¿ahora qué vas hacer?

Gura: pues solo dejaré esto en su lugar. Me dio el día libre, así que si quieres, puedo llevarte a conocer algunas partes de la aldea.

Yoana: me parece bien. [dijo emocionada]

Gura: genial, ¿a dónde te gustaría ir? [Decía mientras colocaba unas carpetas en los estantes] podría llevarte un poco más a lo alto, pero no estas acostumbrada a la altura, y puede darte el mal de montaña.

Yoana: ¿mal de qué?...

Gura: ...montaña, [la mira] usualmente les pasa a quienes no se acostumbran a las alturas, llega a darles malestares como mareos, vómito o incluso dolores.

Yoana: ah, bueno... [piensa] hay, ¿algún lugar, no tan a lo alto?

Gura: puedo llevarte al mirador. [Guarda unos sobres en los cajones] no está tan lejos.

Yoana: me parece bien.

Después de unos minutos más, Gura había terminado con su tarea, y para asegurarse antes de salir dio una última vista a la oficina.
Cuando dio por echo que había terminado su labor, como todo un caballero le abrió la puerta a Yoana para que pudiera salir ella primero.

Gura: después de ti.

Loo: pues muchas gracias. [Sorprende a ambos] Me gustaría que fuera así todos los días, pero creo que solo será por hoy.

Yoana: jajaja, parece que si.

Loo: un placer alteza, sea bienvenida.

Yoana: le agradezco, con su permiso. [Sale de la oficina]

Loo: [mira al más joven] suerte muchacho.

Gura: gracias.

/Mientras tanto/

Entre las calles y de camino a su siguiente parada, Garu le mostraba la aldea en la que creció, a la chica que estaba a su lado.
Las tiendas que vendían artesanías, juguetes, ropa, joyas, la comida y algunos caramelos. La joven no paraba de ver la gran variedad de cosas que vendían los locales, además de los ambulantes. No parecía cansada de la caminata cuesta arriba, el distraerse le ayudaba mucho.

Primero pasaron a unos talleres; el trabajo de Garu era asegurarse de que la entrega del material, cantidad y calidad era la adecuada.
Mientras Garu se encargaba de eso, Pucca pasaba mirando por todo el local, mirando cada una de las mercancías. Además de que estaba ocupada tras saludar a algunos niños, cerca de ella.

No Importa Que... [Garucca] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora