único.

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Unas risas suaves y pasos presurosos se escuchaban en aquella choza, aquel hogar, el en cuál reposaba de paz.

Y es que, después de tantas peleas a muerte con los demonios y Muzan, finalmente se podía disfrutar una paz verdadera y que, no poseía tiempo límite.

O eso pensaba Tengen, mirando al cielo, en soledad y tranquilidad. O eso creía, hasta que unas pequeñas manos jalaron su ropa, y el sonido de unas risas infantiles le sacaron de sus pensamientos.

Con una sonrisa suave y divertida, miró a hacia abajo para encontrarse con seis pares de ojos color fucsia, como los suyos, quiénes le miraban entre diversión y ansiosos por ser cargados. Por él, su padre.

— ¿Eh~? ¿Pero qué tenemos aquí? — se agachó a su altura, mirándolos divertido. — ¿Acaso buscaban a su fabuloso y extravagante padre para algo?

Su hija mayor, parecida a su esposa Makio, rió, acompañada de su otra hija, parecida a su otra esposa Suma y por último, el único varón, menor, parecido a su otra esposa, Hinatsuru; la mayor y el menor, poseyendo un cabello igual de albino que él, y su otra hija, del mismo color que de su madre.

— ¡Papá, carganos! — pidió efusiva la mayor, alzando sus pequeños bracitos hacia él. Así como su otra hija e hijo, con una sonrisa.

Sus madres habían ido al pueblo a comprar la despensa por lo que se quedó a cargo de ellos; que por supuesto, era su deber como padre, y no sé quejaba. Amaba a sus hijos, y le hacía feliz que todos se llevasen bien entre ellos, pese a ser de distintas madres.

Uzui, ya no haciéndose de rogar, les cumplió el capricho a sus hijos, cargando a la mayor en su hombro, a su hijo entre sus ropas y a su otra hija, con cuidado, en su otro brazo, siendo que la niña se sostuviera bien y con una sonrisa risueña.

Y es que, Tengen estaba satisfecho y feliz, con la familia que había formado. Y tenía plena confianza en que ellos, eran y serían su más grande orgullo; y claro, igual de fabulosos y extravagantes que él, por supuesto.

(Y quién quisiera desposar a sus amadas hijas, e hijo, debía ser alguien claramente digno.)

Para cuándo Makio, Suma y Hinatsuru —la última, calmando a Makio y Suma por una pelea sinsentido—, anunciaron su llegada con el afán de ser recibidas, se encontraron con que su esposo dormía plácidamente junto a sus retoños.

Sonrieron, amorosas y sintiendo una suave y reconfortante calidez en sus pechos.

(Su familia, era simplemente hermosa.)

-Traumada Taisho

Me siento muy feliz de haberlo escrito porque amo a las esposas de Uzui, y como este también las quiere. Son hermosos.

Y de paso, me quejo de que no hubiera descendencia Uzui. Sus esposas no eran adornos, ¿Saben?

A quien lo lea, ojalá le haya gustado y, una disculpa por el fuera de personaje.

Una familia  [Uzui Tengen-centric]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora