ABONO PARA LA TIERRA
Oscuridad. Eso era todo lo que había.
A pesar de que llevamos antorchas, mis ojos tardaron bastante en acostumbrarse a ella.
No sabía cuanto tiempo llevábamos en realidad caminando pero debido al dolor de mis piernas yo calculaba toda una eternidad. Era ahí cuando me hubiese gustado llevar algo más cómodo ya que con frecuencia mi vestido se atoraba en el camino y para este punto ya era bastante pesado.
—Creo que debemos parar a descansar un poco—sugirió Kora como si leyera mis pensamientos.
—Me parece una buena idea— le contesté aliviada.
Nos sentamos justo donde nos detuvimos, enterramos las antorchas en la tierra húmeda y ella sacó de su mochila dos rebanadas de pan, un cántaro de agua y dos pedazos de queso.
—Lamento que no sea un gran festín–se disculpó,— me doy cuenta de que debí haber traído más comida, incluso si solo fuera para mi no sería suficiente— ella agachó la mirada.
La tomé del hombro— Lo racionaremos, no te apures— le sonreí.
Ella me devolvió la sonrisa. Pero se revolvió tras mi toque, nuevamente, sabía que había cruzado la línea. Eso me recordó lo extrañas que éramos la una para la otra, era como verme en el espejo pero sin tener idea de lo que es mi reflejo. Y aunque sabía que era probable que nunca llegaríamos a derribar esa barrera que nos separaba, algo en mi interior se aferraba a la esperanza de que fuera todo lo contrario.
Me alejé de ella lo suficiente para que no se sintiera incómoda conmigo, pues se notaba que el contacto físico no era muy su fuerte. Tomé la mitad de una rebanada de pan y corte un cachito de queso para ponerlo encima de el.
<<Más vale salir lo antes posible de este agujero para buscar comida o sino moriremos de hambre>> pensé.
Kora y yo no conversamos en todo ese rato, sólo se escuchaba nuestro masticar y una corriente de aire que hacía eco en el túnel. No voy a mentir, nunca me había sentido tan incómoda como en ese momento. Era buena iniciando conversaciones con los demás pero no podía con ella, no con alguien con la que realmente quería hablar. Una vez terminamos de comer cada una se giró en su propio lado y dormimos.
<<La muerte te persigue>>
<<Eres de nosotros>>
<<Quítate el velo>>
<<Eres de nosotros>>
Soñaba con voces, terroríficas, frías y retorcidas. Venían de muchos lados y todas hablaban al mismo tiempo, me estaban aturdiendo los oídos. Lo que parecían ser varios pares de manos agarrados a cada una de mis extremidades las jalaban como si quisieran arrancarlas de mi dorso. Quería gritar pero no salia nada de mi boca, intentaba despertar para librarme del dolor que sentía pero mis ojos no respondían.
<<Es un sueño solamente>>
<<Vamos Kiara, despierta>>
<<¡DESPIERTA!>>
Me incorporé de inmediato en cuanto pude abrir los ojos, podía escuchar lo agitado que se encontraba mi corazón. Recorrí con la mirada todos aquellos lugares que la tenue luz de las antorchas alumbraba en busca de algún monstruo o algo sospechoso.
Se suponía que todo había sido un sueño pero entonces, ¿porque me dolían las extremidades?
Sin embargo, lo único que vi fue a mi hermana hecha bolita así que me convencí a mi misma de que sólo había sido un sueño e intenté dormir de nuevo.
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The Lost kingdom: Caminos Secretos
FantasíaHabía una vez en un reino muy, muy, muy lejano.... No, ¿saben qué? Eso no me gustó, iniciemos de nuevo. Había una vez unas pequeñas, dulces e inocentes princesas, que tuvieron una aventura llena de magia, peligros, mucha muerte y destrucción, había...