El dormir del sueño
Al final, sí fuimos al bar y vimos a Leticia cantar una de esas canciones que había estado componiendo desde hace tiempo y, como si fuese el destino, alguien se acercó a nuestra mesa cuando ella terminó de cantar que dijo que era productor propuso en que ella se uniera a su disquera.
Ella estaba tan feliz, pero no era boba, así que pidió su tarjeta de presentación y algunos datos básicos para que después investigara de qué trataba.
Esa noche nos despedimos y llegamos Rubén y yo a la casa como a las una de la mañana cuando notamos que el sueño se había quedado dormido en el sofá.
Estos días el sueño ha estado más perezoso y no ha estado persigiéndonos tanto, no como antes. El problema es que ahora ambos estámos preocupados.
—¿Crees que está enfermo? —preguntó preocupado Rubén mientras nos acostamos en nuestra cama para irnos a dormir.
—Dudo que los sueños se enfermen.
—Es que ha estado muy dormilón.
—Podemos ver en internet, a ver qué dice.
—No, mejor hay que llevarlo con un experto —comentó medio adormilado, yo le besé la mejilla.
—Mañana si quieres llamo al doctor de los sueños para pedir opinión, ¿okay?
Rubén asiente lentamente, el cansancio del día le estaba pegando y solo pudo acurrucarse e inmediatamente quedarse dormido.
Escuché sus ronquidos mientras miraba la puerta que se encontraba abierta, dando vista hacia el sofá con el sueño dormido.
Un sentimiento extraño se posó sobre mi y, aquella noche, no logré dormir hasta ya altas horas de la noche.
Y al despertar, solo pude escribir lo que soñé a gran detalle. Supongo que eso es el primer paso, en verdad no estoy segura.
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Los sueños que nos persiguen
FantasíaY sin darnos cuenta, los sueños nos perseguían como si nosotros los pudiéramos hacer realidad.