XVII

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La noche fue perpetúa, como la distancia que existe hasta la luna, fue como las lágrimas que he derramado por cuatro infinitos años. Percibía a mi alma agonizando, no he dejado de pensar todo lo que puede pasar hoy, ya que tengo muchas ganas de ver a Axel como también tengo fobia que afirme lo que sé. Estoy tan perpleja con su actitud, llena de cuestiones que ya fueron respondidas en los miles de silencios que me otorga cada día.

Mi hermana está tocando la puerta, hoy tendré ese ansioso e indeseado exámen, todo esto me hace entrar en taquicardia. La vida de Ariana a dado un giro de trecientos secenta grados, verdaderamente es un ejemplo para mí, está estudiando psicología y hoy tiene una conferencia con alumnos de cuatro y quinto grado.
Su carácter y sus ganas de luchar por lo que quiere, me impulsó a dar este gran paso.

Eran las 2:00 de la tarde, apenas salí del examen. Tenía el estómago vacío, aparte de eso me dolía y era capaz de comer lo que encontraba. Tomé un taxi de inmediato algo atolondrada. En el camino pensaba en lo fácil que había estado el examen, apesar que estaba temblando.

Cuando bajé del auto, él estaba esperándome ahí, en frente de mi casa. Se veía pensativo y triste. Siempre planee este momento, con llegar y abrazarme de su cuello y besarlo, pero cuando estuve frente a él no fui capaz. El amor que sentía por dentro se me fue, se esfumó como una estrella fugaz.

Solo fui capaz de estirar el cuello para saludarlo en la mejilla.

—Pasa, toma asiento. —Lo invité luego de abrir la puerta.
—Gracias Kathleen. —Dijo él.
Me quedé en silencio sigilosamente. No entiendo como una persona un día te puede hablar de amor y al otro ya no. Sentí su frialdad, su silencio gritar y capaz de derrocharme y golpearme abructamente.

—¿Qué es lo que querías hablar conmigo? —Con esa pregunta rompí el silencio infinito.

Se quedó pensativo por largo rato mirándome a los ojos y luego dice;

Sé que te has dado cuenta que nuestra relación ya no es la misma, estamos luchando con espada por algo que es imposible. No nos comprendemos, no tenemos una conversación interesante, creo que en su momento todo fue tan bonito, te amaba... Pero cada día me doy cuenta que somos tan distintos y nunca podré amarte. No quise decirte todo esto antes porque no quise lastimarte y estaba tratando de amarte. Discúlpame por todas aquellas cosas que juré y por rendirme, no sé qué es lo que siento por ti, no quiero hacerte más daño. Perdóname, sé que te estoy lastimando con mi indiferencia, ya no quiero mentirme y tampoco a mí.

—Sí, pero que tiene que ver que seamos distintos, el amor se construye, empecemos de nuevo, te amo, no quiero perderte.

—Me quebraba en llanto.

—Kathleen me duele hacerte esto, además estoy saliendo con otra persona, perdóname, espero que algún día lo hagas.

Mi vida se desmoronó, la vida me volvió a golpear bruscamente. La costura de los pedazos de mi alma se destrozaron.

—¿Cómo se acabó el amor que sentías por mí? ¿Cómo? Necesitaba una explicación pero definitivamente el me estaba terminando. Ya nada podía hacer, pero no entendía, no quería aceptar. No me importaba perderme.

No podía escuchar cada palabra que salía de su boca, lloraba y mi cabeza quería explotar.

—¿Y cuando decías que me amabas era mentira? ¿Lo hacías para hacerme sentir bien, lo hacías por lástima?

—Como ya te dije yo verdaderamente te amé, pero ahora ya no siento nada por ti, solo una amistad, un gran cariño, creo que es mejor no hablar más del tema. De verdad que a mí también me lastima, creo que lo mejor es quedar como amigos, la amistad nunca se termina, pero el amor si.

No entendía porqué me pasaba esas cosas, buscaba en el olvido lo que había hecho mal. Parecía como si me arrancaran la piel o me cortaran las venas, le suplicaba que me siga lástimado hasta sentirme muerta.

El simplemente me miraba, intentó salir sin despedirse. Corrí hacia la puerta y me puse delante impidiéndole el paso, lo abracé tan fuerte, me apegue a su cuerpo por última vez. Él lloraba por dentro, lo sentía al escuchar sus respiraciones.

—Por favor no me hagas esto, no te vayas de mi vida, al menos quiero darme cuenta que no debes estar en mi vida, con tus acciones, con tu indiferencia, por favor.

Talves hay un calificativo para decir cómo fui en ese momento, pero realmente me causa asombro como es que cuando estamos tan aferrados a alguien podemos decir eso, hasta incluso lastimarnos.

Después de una hora él se esforzó en ir y déjandome sola, me dirigí hacia mi habitación, me puse frente al espejo. Mis ojos estaban hinchados, talves estoy muy delgada por eso ya no me quiere me dije. Desesperada tiré el espejo, la alfombra estaba repleta de cristales, tomé un pedazo y lo puse en dirección a mi brazo, como intentado cortarme las venas. La única solución que percibía a todos mis problemas era destruirme.

De pronto sonó el celular.

—Aló. —Contesté, tirándo el teléfono.

—¿Kathleen te encuentras bien?, ¿estás ahí? —Preguntó Ariana al mismo tiempo que colgó la llamada.

Dejé el pedazo de vidrio y tiré todos mis cuadernos, libros y mis prendas de vestir. Pude encontrar drogas que alguna vez escondí de mi hermana, sin dudarlo lo tome todo lo que había. De nuevo volví a sujetar el pedazo de cristal y sin pensarlo dos veces lo pase sobre mis venas.

Vi mi sangre acabarse a gotas. Corrí entonces a la bañera.
Sentía el agua caer sobre mí, podía ver que cada vez me inundaba con mi sangre, el dolor físico se volvió nulo. Pero mi dolor interno seguía ahí, haciéndome agonizar.

—Creo que lo mejor era no existir, no haber nacido y no estar pasando por esto. Parece que todo el mundo me odia, nadie está conmigo y todo lo que tenía tú me lo quitaste, dime porque, Dios escúchame, háblame, sé que dices que todas las cosas las haces por una razón, dime hasta cuando tendré que llorar, hasta cuando sufriré, cuando voy a descubrir esa razón de las cosas, escúchame.

Blasfemaba, cuando de pronto escuché que alguien empujaba la puerta y entrar en la bañera al mismo tiempo que cerré los ojos. Me había desmayado, pero podía escuchar sus voces.

La Magia de Haberme Encontrado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora