Fat ; MinSung

C E R O

Él era gordo, no relleno, no gordito. 

Gordo. 

Un cerdo, puerco y marrano. Siempre se lo dijeron y él ya no dudaba de aquellas afirmaciones, lo sabía. Y eso lastimaba muy dolorosamente.

Y por si no fuera suficiente vivía dentro de un país dónde el estándar de belleza se basaba en pesos, belleza exterior y todo aquello que no poseía. Entonces, ¿Qué ocurría sino cumplías con los estándares?

Recibías burlas y comentarios demasiados ofensivos. Como si ellos tuvieran el poder de hacerlo.

Han JiSung era un chico precioso, con un rostro delicado y tierno. Una persona amable, valiente y sincera. Sin embargo era gordo, mucho, y solo por eso no podía encajar con los demás.
Si tan solo supiera...

—Gordo, ¿quieres que te de más comida? —preguntó con tono burlón, lo que solo ocasionó risas en el salón de clases, como si lo dicho fuera un gran chiste.

Los ojos de Han JiSung se llenaron de lágrimas, pero no lloraría frente a su compañeros. Una vez lo hizo y ahora eran un "marica llorón".
Sus comentarios eran demasiado hirientes, quería que se detuvieran que dejaran de llamarlo de esa forma y que lo aceptaran como uno más. Por más que intentaba bajar de peso, no lograba su cometido.

—No tengo hambre —respondió.

—Me importa una mierda si tienes o no, los cerdos como tú se la pasan comiendo —burló, los externos apoyaron su comentario, ellos tampoco querían sufrir.

SeoHun, el líder de todos aquellos cobardes, encontró que el mejor acto para demostrar su autoridad era dejar en ridículo a JiSung. Así que tomo la botana de una persona y mirando directo a los ojos del chico, quien seguía parado tragando sus ganas de llorar, las dejo caer sobre su cabeza. Y se burlo, soltó carcajadas tan fuertes que los demás se vieron obligados a fingir que era gracioso, y lo que comenzó como una sola risa termino en toda el aula burlándose del chico.

Mientras toda el aula se burlaba de su persona, bajo la mirada y soltó una lagrima silenciosa que venia seguida de otra más, quería llorar y que todo se detuviera. Pero solo seguían y seguían.

—Claro, casi lo olvido —tomo a JiSung del hombro y lo jalo cerca de él—, mira a la cámara cerdo, queremos que todos sepan lo que eres. Un cerdo asqueroso, ¿no has pensado en operarte las lonjas? Digo, por tu bienestar.

Sin avisar tomo la foto y texteó en su teléfono algunas palabras para después anunciar que la había subido a redes sociales. Segundos después el profesor encargado de la materia entro al aula entonces los susurros y risitas cesaron.

—¡Profesor! El compañero Han estaba comiendo en clase y provoco un desastre. Solo mírelo, da pena.

—Debería darle vergüenza Han —dijo, creyendo ciegamente en las mentiras—, por favor limpie su desastre y deje de comer en clase, comer es lo menos que le hace falta.

—Yo no lo hice —susurro.

—Claro joven, usted no fue pero esta lleno de comida por todos lados, le creo —comento sarcástico—. Bien, no más interrupciones comencemos clase.

El profesor ignoro todo el bullicio y la sonrisa triunfante del causante de todo y dio inicio a su clase. A él no le importaba nada que no fuera su clase, era profesor no niñero.

JiSung cada día estaba más cerca de caer y dejar todo. Nadie lo ayudaba, nadie le prestaba atención. Ni siquiera él mismo se ayudaba.

Solo quería dejar de sufrir, quería que se detuviera. 

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