CAPÍTULO 25

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- ¡Vete ______ !¡vete de aquí! Cásate con ese hombre y sé muy feliz. Pero ambos sabemos que tú nunca serás feliz. -Rubius estaba enfadado. - Eres una niñata que no sabe lo que quiere. Me arrepiento de todo lo que hemos pasado, ¡de todo! -En ese momento Rubius cogió las fotos que puse en la nevera, rompiéndolas en mil pedazos. - Vete de aquí, déjame para siempre, ¿quieres?

Rubius se sentó en el sofá. Veía cómo se intentaba contener las lágrimas. Yo cogí mi maleta que la preparé esa mañana y decidí irme. En solo dos días iba a casarme y aquella ceremonia iba a arruinar la vida a Vegetta, Rubius y a mí misma. Todo porque mi padre era el único que pensaba en sí mismo.

Antes de ir al aeropuerto, decidí parar en una farmacia. No me encontraba bien y quería comprar unas cuantas cosas.

En el taxi de camino al aeropuerto no podía pensar en todo lo que había pasado. Eran muchas emociones justas que cada vez me tocaba más controlar. Cuando llegué al aeropuerto, lo primero que hice fue ir al baño.

-Venga, ______. Que no es nada. -Dije dándome ánimos a mí misma.

Los 5 minutos siguientes fueron los más largos de mi vida estaba dando vueltas esperando un resultado.

-Mierda, no puede ser. -Dije.

Cuando fui a la farmacia, cogí unas pastillas para las náuseas y una prueba de embarazo. Siguiendo las instrucciones de este, me hice la prueba y esperé cinco minutos a que saliera el resultado.

Embarazada de 2-3 semanas.

Decía la pequeña pantalla de este. En ese momento me puse a llorar. Estaba claro que el padre era Rubius, pero él me odiaba. Sentía una presión horrible en el pecho con todo lo que estaba pasando.

En ese momento miré el reloj, tenía que darme prisa si no quería quedarme aquí. Aunque sinceramente, no sabía lo que iba a ser mejor.

En el vuelo lo único que quería era dormir y despertar después de la boda cuando todo haya pasado.

Cuando llegué al aeropuerto de Barcelona, bajé del avión y fui a coger un taxi que me llevaría hasta mi casa. Aquella en la que no estaba desde hacía seis meses y en la que no quería entrar.

-Adivina quién te trae una sorpresa. -Una voz de una mujer me tapó los ojos.

-Esa persona es. . . . ¿Lana? -Era imposible no reconocerla. Cuando dije su nombre se lanzó a mí, dándome un abrazo.

-Vamos a ir a casa de tus padres. Los novios no pueden verse antes de la boda, es una tradición. Vegetta ha ido a recoger a la estación a sus tíos. Se quedarán esta noche en vuestra casa. -Dijo ella mientras cogía mi maleta. - Tu vestido llegó hace dos días m. Está todo en casa de tus padres, no te preocupes por nada. Lo tengo todo bajo control.

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Lana me llevó a su coche para ir hacia la casa mis padres. Ellos, bueno, ahora solo mi padre vivía en las afueras de la ciudad. Yo no en crie en esa casa, pero cuando mi padre empezó a ganar mucho dinero decidieron mudarse a esa casa, más grande y lujosa que la anterior.

Cuando llegué mi padre nos estaba esperando en la puerta mientras fumaba.

-Lana, te importa subir todo a la habitación. Quiero hablar con mi hija. -Dijo nada más abrir la puerta del coche. - Bueno cariño, cómo estás. Quedan menos de 24 horas para el día más feliz de tu vida.

-Papá, no quiero casarme. Ya he tomado mi decisión. No voy a hacerle eso a Vegetta ni a mí misma. -Dije con tono firme. Jamás le había revelado delante de mi padre. - No te preocupes por el dinero de la boda. Te lo devolveré en cuanto pueda.

- ¿Crees que me importa algo la boda? Es un mero formalismo. Además, que toda la boda la han pagado los padres de Vegetta, ¿por qué? Porque no tenemos ni un euro. Te seré sincero. He estudiado a tu nuevo "amigo", sé que si madre está un poco delicada de salud. Así que si te casas con Vegetta haré que empresa le regale el mejor tratamiento en los mejores hospitales. Ese amigo tuyo ya no tendrá que preocuparse por nada, su madre estará muy bien cuidada.

- ¿En serio eres tan rastrero?

-No hija mía, soy inteligente. Sé que por mí jamás te sacrificarías, te conozco bien. Pero porque te conozco sé que vas a sacrificarte por alguien a quien quieres, ese chico lo es. ¿Qué me dices?

-Acepto. Pero eres el ser más despreciable que conozco.

New Life. (Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora